Thursday, January 29, 2009

Un lindo gulash




Me contó que estaba escribiendo sus memorias, que haría imprimir algunos ejemplares para familiares y amigos. Me presté a trasladar el texto a mi ordenador para así facilitar la tarea de la imprenta. Es un octogenario muy amable, de aspecto frágil. Un día me entregó ochenta y cinco hojitas, tamaño holandés partido por la mitad. También una serie de fotos, algunos carnets y tarjetas de visita. ¿Pretendía que apareciera la tarjeta de visita de cuando fue presidente de la asociación de cazadores o de jubilados?. Sí. Cosas de abuelitos, me dije.

Me lo tomé con calma, bastaría dedicarle algunas horas libres de vez en cuando porque una cuarentena de folios tampoco es tanto. Me lo encuentro a diario en el bar del pueblo, últimamente aparece un poco ansioso por la entrega. Con frecuencia lo hospitalizan unos días. Siempre el mismo diagnóstico: neumonía. Las lleva contadas, ha sufrido treinta y tantas en su vida. Lo tranquilizo, le digo que voy avanzando pero que tengo algunas dificultades para entender algunas palabras. Las hojitas están aprovechadas al máximo, sin apenas espacio entre líneas; la caligrafía es florida, antigua, en efecto algunas palabras se me resisten. El me invita a café.

Me decido a trabajar con más celeridad, no pretendo ansiarle. Las primeras hojas iban numeradas, luego aparecen números a media hoja. Me encuentro con párrafos que ya había escrito minutos atrás, repetidos, en realidad algo corregidos. Me digo que la numeración no corresponde a las hojas, se diría más bien que a capítulos. En todo caso hay que volver un poco atrás, reescribir parte de lo escrito.

Hay que corregir la ortografía. Respecto a la dicción sólo lo indispensable para evitar que sus lectores se encuentren con palabras que él nunca hubiese pronunciado. Resulta complicado encontrarle significado a algunas frases.

Anoche decidí volver a avanzar en la tarea. Cuando llevaba escritas algunas hojas en el ordenador me detuve, los párrafos aparecían dispersos, mezclados. Como dicen los checos, un lindo gulash. Me dije que debía ordenar unas hojas que, salvo al inicio, no están numeradas. Si la numeración corresponde a capítulos va resultar muy arduo poner orden: hay números varias veces repetidos, a veces en una misma hoja aparecen hasta tres párrafos con tres números distintos y no correlativos. Si después de rectificar un capítulo no tachó el/los descartado/s ¿cómo saber cuál es el que debo introducir?. Desistí cuando la numeración pareció enloquecer totamente: hoja (o capítulo) 1ª3, 31/2x, 4*1x2, 0/x... Las últimas hojas, sin número alguno.

Esta mañana no apareció mi amable amigo por el bar pero confío en que no lo hayan hospitalizado de nuevo. La próxima semana hay cita en la imprenta. Voy por la mitad pero estoy en pleno atasco. En la hoja siguiente me aparece de nuevo la Guardia Civil deteniendo a rojos que no lo eran tanto. ¡Pero si el capítulo sobre la guerra lo transcribí hace días y días!.

Tuesday, January 27, 2009

Crisis




La semana pasada se suicidó un joven inmigrante rumano en un pueblo próximo al que vivo. Al parecer se había quedado sin trabajo, luego se le acabaría la prestación por desempleo. El banco le quitaba el sencillo apartamento que había adquirido porque no podía hacer frente a la hipoteca. No tenía que haber reaccionado así, le dije a V., amigo común que fue quien me dio la noticia. El asintió. Parece ser que otros inmigrantes en situación similar han entregado las llaves de sus viviendas al empleado de su banco y han regresado a su país. Hay más tragedias, más ilusiones perdidas, de inmigrantes y, por supuesto, de españoles, y el pesimismo parece generalizado.

¿Qué ha ocurrido para que hayamos pasado en cuestión de unos pocos meses del progreso y la euforia a la recesión y el pesimismo?. Entiendo que el presidente del gobierno lance mensajes de tranquilidad y optimismo e incluso puedo entender que la oposición intente sacar provecho de la situación para obtener un rédito electoral. Pero yo no entiendo de economía. ¿Que ha ocurrido?. ¿Hay culpables como aseguran algunos?.

Algunas cosas parecen claras. El origen está en la crisis financiera norteamericana provocada por el estallido de la burbuja inmobiliara en aquel país. La crisis se extiende por todo el mundo porque los mercados financieros están plenamente globalizados. Señalan los expertos que el estallido de la burbuja inmobiliaria se debe a varios motivos; -(I) Veinte años de liberalización financiera, (II) el exceso de liquidez global generado principalmente por EE.UU., (III)la escasa regulación del sector bancario no tradicional y (IV) el sobreendeudamiento de familias y empresas. ¿Porqué el gobierno de Bush no reguló el sector financiero y generó exceso de liquidez?. ¿Porqué no evitó la quiebra en septiembre pasado de Lehman & Brothers que provocó la crisis del sistema y el pánico global?.

Se sostiene que los mercados financieros son incapaces de autorregularse y eso provoca crisis financieras periódicas y a mayor período de crecimiento más devastadora será la crisis que le suceda. Parece evidente que han fracasado unas teorías económicas y unas políticas concretas.

El modelo liberal anglosajón perderá atractivo e influencia, el estado recuperará poder en relación al mercado. Hay quien augura un relativo declive de EEUU y el auge de las potencias emergentes en la economía mundial con la salvedad de Rusia, Venezuela e Irán pues se prevee que se reduzcan los precios de la energía y las materias primas. La crisis supone una oportunidad -si se aprovecha- para la UE y el euro.

De todos modos, en menuda mierda nos han metido los de siempre.

Sunday, January 25, 2009

El osario de Sedlec





No recuerdo a qué amistades llevé hasta Kutná Hora pero recuerdo bien que estuve en varias ocasiones contemplando la insólita decoración de la capilla de Sedlec. De hecho prefería acompañar a mis visitantes -familiares o amigos- a la parte balnearia de Karlovy Vary, encajada entre frondosos bosques y poseedora de casas con bellísimas fachadas. Un lugar legendario que habían frecuentado compositores, literatos y políticos en su época dorada. Aunque en menor medida Kutná Hora era asimismo un lugar interesante por sus antiguas minas de plata y por sus iglesias entre las que ocupa un lugar prominente la consagrada a Santa Bárbara. No obstante para animar a mis visitantes al desplazamiento les hablaba del espectáculo sórdido y quizá único en el mundo -junto a la cripta de una iglesia de Roma- de ver una iglesia totalmente decorada de huesos humanos.

Había una gran lámpara formada por todos los huesos del cuerpo humano, de las bóvedas colgaban un montón de cráneos a modo de guirnaldas. El escudo de los Schwarzenberg, aristócratas y antiguos propietarios de la capilla, también había sido realizado con huesos humanos. Un cierto estupor se dibujaba en los rostros de mis acompañantes.

La capilla forma parte del diminuto camposanto de Sedlec que adquirió fama durante la Edad Media cuando un rey de Bohemia esparció allí un poco de tierra que había recogido en el monte del Calvario en Jerusalén. Se convirtió en un lugar preferido para ser enterrado y, en los siglos posteriores, descansaron los restos de numerosas víctimas de la peste y de las guerras hussitas.

En 1870 Frantisek Rint, un tallista de madera, fue encargado por los Schwarzenberg para dar un uso a los numerosos huesos que habían sido almacenados tras ser desenterrados a causa de la construcción del templo y para dar sepultura a más cuerpos. Al tal Rint se le ocurrieron obras de arte con los huesos humanos centenarios.