Tuesday, April 07, 2009

La pequeña polaca


Con dieciocho años Bianca Bienenfeld, judía polaca refugiada junto a sus padres en París, se enamoró de su profesora de filosofía, Simone de Beauvoir, y del amigo de ésta, Jean-Paul Sartre. Creyó formar un trío con ellos como lo contó ella misma cincuenta años más tarde en "Memorias de una joven informal".
"Estaba segura de que los dos me querían sinceramente(...) Me parecía que había formado con ellos un triángulo definitivo (...) A mí me exaltaba tanto aquella doble pasión, lo inusual de nuestra aventura, que me comprometí en ella por completo".

En realidad Beauvoir y Sartre ya habían decidido que uno sería el amor necesario del otro y que esa original relación admitiría amores contingentes, eso sí dentro de una absoluta transparencia, sin ocultarse nunca nada. De hecho era un pacto a la medida de ambos: su mutua pasión era intelectual, abominaban de la familia nuclear y valoraban sumamente la libertad. De ningún modo él iba a limitarse a una sola mujer, al parecer le encantaba conquistarlas, y ella era lesbiana aunque también receptiva a vivir experiencias heterosexuales. Cuando apareció Bianca ambos acumulaban diversos amantes u amores contingentes. Ella era una más.

"Me deslumbraba su presencia física y la desproporción que existía entre su cultura, que me parecía inmensa, y la mía. Dejando de lado su evidente belleza, lo que llamaba la atención en Simone era el carácter brillante, incisivo y audaz de su inteligencia", escribió Bianca.


La guerra deshizo al trío, primero separándolos, al poco enterrándolo definitivamente. "Simone me dijo que no iba a poder verme tanto como antes, que había que espaciar las citas(...)Acabó por confesarme que tenía un idilio con Jacques-Laurent Bost. De repente noté como si me ahogase, como si me hundiera". Poco después Bianca (foto, a los veinticuatro años) se casó con Bernard Lamblin con el que tuvo dos hijas. Durante la postguerra reanudó su amistad con Simone que duró muchos años, hasta el fallecimiento de ésta en 1986.

Pero en 1990 se publicó póstumamente la correspondencia que Simone dirigió a Sartre durante la guerra que incluye los tiempos del supuesto trío y ciertamente Bianca no sale muy bien parada. Aun tratándose de cartas privadas -que escribe una Simone de treinta años que no es todavía famosa y por tanto no puede ni sospechar que algún día llegarán a publicarse- cabe reconocer el trato muy despectivo hacia Bianca y otras. "La pena que sentí en 1940 ha renacido cincuenta años después al leer estas cartas" confiesa Bianca en el texto que escribió para ajustar cuentas con sus antiguos amantes.

No entiendo muy bien porqué Bianca Lamblin decidió escribir este librito. Ella misma cuenta que Simone le pidió perdón por el sufrimiendo causado, entonces me pregunto ¿a santo de qué el empeño por volver al asunto?. Además estuvo al corriente desde el primer día del lugar secundario que tenía destinado en esas relaciones. Me molesta ese victimismo del que hace gala, la chica inocente víctima de un par de depredadores, como si a los dieciocho años no fuésemos conscientes de nuestros actos. Claro que el tema no daba para contar mucho y se permitió añadir varios capítulos sobre sus actividades en la Resistencia y su vida familiar.

El suyo es un testimonio que ha servido para que los reaccionarios se froten las manos por el material inesperado que les ha proporcionado para denigrar a una figura de la izquierda. Y por supuesto para hacer dinero. Faltaría más.