tag:blogger.com,1999:blog-336131472024-03-23T18:13:34.956+00:00comentarios-al-azarEl Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.comBlogger84125tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-66741133842441383162010-08-19T14:29:00.005+01:002010-08-19T18:11:06.492+01:00El señor Tekeyan<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh601bINxftZgPdXEi4E7_xPklpCoX1WafhL4jjHSMOoJq5ZtesogfT_b2tksrAGO4Ol3_uzMDWyNOmkhEUFPo2bu_UxmdliFR5dqdCi95nJXYXzUkjKu6JPzNfbvnIVRry_t-55w/s1600/Tekeyan.gif"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 303px; height: 311px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh601bINxftZgPdXEi4E7_xPklpCoX1WafhL4jjHSMOoJq5ZtesogfT_b2tksrAGO4Ol3_uzMDWyNOmkhEUFPo2bu_UxmdliFR5dqdCi95nJXYXzUkjKu6JPzNfbvnIVRry_t-55w/s320/Tekeyan.gif" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507166956541015154" /></a><br /><br /><span style="font-style:italic;">"De la vida he recibido sólo lo que he dado. Lo que di a otros me ha sido devuelto, sereno y reforzado, para acompañarme eternamente" (Vahan TEKEYAN)</span><br /><br />Su frase es un modelo de elegancia porque en realidad no recibió apenas nada e incluso perdió un ojo tras una brutal paliza por parte de hijos de la misma patria mitificada. Vahan Tekeyan en cambio dio mucho, dicen que gracias a su sensibilidad compuso bellos poemas sobre la vida, el amor y la patria, y que lo hizo buscando siempre, casi obsesivamente, la palabra precisa. Hay quien le considera ahora el poeta nacional de Armenia, los centros comunitarios y centros de estudios de la diáspora llevan su nombre. Pero nada de eso ya le atañe, los reconocimientos post-mortem están bien pero resultan en vano.<br /><br />Lo describen como un hombre taciturno y amargo, víctima de la soledad y el desencanto. Quede claro que eso no es algo intrínseco, que dependa del azar de la biología y que nada tuviera que ver con el otro, o sea sus contemporáneos, quienes escribieron los horrores de la primera mitad del siglo XX. <br /><br />Con apenas 18 años tuvo que huir de su Constantinopla natal por las persecuciones otomanas hacia la minoría armenia que precedieron al genocidio que empezó con la eliminación de sus amigos, la <span style="font-style:italic;">intelligentsia</span> de la ciudad del Bósforo, y se completó con la limpieza étnica de los armenios en todo el territorio otomano. Tragedia a la que el mundo apenas prestó atención y que aún hoy, casi un siglo después, sigue sin prestarla, alentando de este modo al nazismo a acometer otra de proporciones aún mayores. Afortunadamente se había refugiado en Jerusalén poco antes del genocidio.<br /><br />No sólo la brutalidad otomana sino también la intolerancia social ante quienes como Tekeyan precisaban de un entorno más libre y más comprensivo para intentar desarrollar una vida afectiva distinta a la norma, influyó en esa soledad y amargura. <span style="font-style:italic;">"Y es ahora que empiezo a comprender que el hombre puede saborear con el hombre el placer que busca, sea oculta o públicamente",</span> escribió en otro esfuerzo por el optimismo. <br /><br />Su pasión por la propia lengua y sobretodo el sentimiento de compasión por el destino trágico de los suyos le llevaron a un marcado sentimiento identitario bien reflejado en su obra poética que es lo que tanto en Armenia como en la diáspora más se admira hoy de él. Una actitud que le serviría en vida de único verdadero enlace con el mundo exterior y le procuraría además la subsistencia como maestro y escritor en los medios de la comunidad. <br /><br />Si bien manifestó su deseo de pasar sus últimos años en la madre patria falleció en El Cairo, la ciudad más parecida a su Constantinopla natal también con su minoría armenia. Ciudades cosmopolitas, bulliciosas y de esplendor masculino en sus calles que nada tenían que ver con los rudimentarios y atrasados poblados entorno al mítico Ararat. <br /><br />Llama la atención la foto de un banquete de la comunidad armenia del Cairo al que acudió como invitado a principios de los cuarenta. Aparece semioculto en un discreto segundo plano, cabizbajo, entre damas y caballeros que posan sonrientes. La frente ancha y despejada, la nariz afilada, el único ojo tras las lentes redondas y poco más. Como un visitante casual de este planeta enloquecido.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-490177092545110632010-05-15T22:12:00.003+01:002010-05-15T22:52:50.440+01:00La última víctima del franquismo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAiBNRXJ2EQFCG-woKEUqdjqbZPxQi1rfbH_Ivl6sdC8G684T8xdeFt-g_vGbvJ1CmvzDVBlxlaVMsfExkU7oj-iZ4Xsvwv2FKouQqkhUJJGk3QzSPBMJ_YTflpdSV6C8eizXSgg/s1600/43124.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 185px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAiBNRXJ2EQFCG-woKEUqdjqbZPxQi1rfbH_Ivl6sdC8G684T8xdeFt-g_vGbvJ1CmvzDVBlxlaVMsfExkU7oj-iZ4Xsvwv2FKouQqkhUJJGk3QzSPBMJ_YTflpdSV6C8eizXSgg/s320/43124.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5471608154645959426" /></a><br /><br /> <span style="font-style:italic;">"Nada puede ser más grosero que nuestros cómplices". (MARGUERITE YOURCENAR)</span><br /><br /><br /> Tres grupos neofascistas han conseguido sentar en el banquillo a un juez de prestigio por haber intentado dar una respuesta desde el ámbito judicial a la tragedia de los desaparecidos del franquismo.<br /><br /> Llegan a este extremo despreciando los dictámenes del ministerio fiscal, la independencia judicial, olvidando el derecho internacional, colaborando en la corrección de la querella y admitiendo ésta aun reconociéndola "tan absurda como para descartarla". Concluyen su día con una humillación: piden más informes, algunos a sí mismos, antes de autorizar la marcha del juez al Tribunal Internacional de La Haya.<br /><br /> El juez tiene pendientes dos causas más en las que se han despreciado también los dictámenes del ministerio fiscal. En una de ellas el juez está acusado de utilizar unas pruebas no autorizadas que permitieron descubrir unos delitos.<br /><br /> No hablo de una persecución realizada en algún tribunal de Guinea Ecuatorial o Zimbabwe sino en una democracia europea que no es de las más viejas y sólidas pero tampoco de las más recientes. <br /><br /> Como muchos, siento mucha vergüenza.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-88939867142846996832010-01-25T21:33:00.003+00:002010-01-25T22:51:03.309+00:00Cita en Punta del Este (III y final) - ficción<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFl9MFBYyih41J36K0g1DtjLP3cctbkLiSOF4E7AXqh4VefcE8Ij-XXuXLxbBDgGpPawoFU0OtqwS5TTH_pGHEfYrkeKOKtPogXu_MbB_f90sfjQZAZAngB85ZR74VI8B44ccIWQ/s1600-h/31366.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 166px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFl9MFBYyih41J36K0g1DtjLP3cctbkLiSOF4E7AXqh4VefcE8Ij-XXuXLxbBDgGpPawoFU0OtqwS5TTH_pGHEfYrkeKOKtPogXu_MbB_f90sfjQZAZAngB85ZR74VI8B44ccIWQ/s320/31366.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5430810958401543538" /></a><br /><br /><span style="font-style:italic;">"La partida no está perdida ni ganada de antemano, hay que luchar y arriesgarse minuto a minuto". SIMONE DE BEAUVOIR</span><br /><br /> El señor Sosa reconoció la figura menuda y frágil que descendía por la escalera de mármol blanco del Conrad. Cuando se aproximó a la recepción se incorporó saliéndole al paso. Observó que el doctor Elías Feher conservaba las sienes y el bigotito plateados aunque parecía más débil por la edad. Seguía teniendo un aire a otro Elías judío, el escritor Canetti, hijo de la legendaria comunidad de Salónica. Lo saludó ampulosamente, esbozando en sus ojos una cierta emoción. El doctor le indicó con la mano la dirección de la cafetería.<br /><br /> Tomaron asiento, se preguntaron formalmente por las respectivas familias. No acertaron a precisar cuánto tiempo había transcurrido desde su último encuentro. Más de diez años seguro y habría sido en la tribuna de River Plate. A Sosa le pareció que ese hombrecito venerable conservaba la mirada fija y profunda de siempre que transmitía inteligencia. El doctor sintió cierto alivio, Sosa no parecía un hombre derrumbado ni alguien que se hubiese refugiado en el alcohol. Sí expresaba su mirada una cierta melancolía.<br /><br /> Sosa se lanzó a tratar el asunto que le había traído hasta Punta del Este con palabras desde hacía tiempo meditadas.<br />- Esa mujer destruyó mi vida. Usted me advirtió y no le hice caso. Creo que estaba demasiado encaprichado de ella.<br />El doctor escuchaba con atención, sin moverse, con la mirada clavada en su interlocutor. Este prosiguió.<br />- Mi hijo ha contactado con un buen bufete de abogados que nos da muchas esperanzas por recuperar las dos propiedades que esa milonguera me quitó.<br />El doctor sin variar su actitud asintió levemente con la cabeza.<br />- Estaba encajetado, me convertí en un bacán y me dejó seco. Pero aqui estoy para preguntarle algo que me ha intrigado mucho. ¿Cómo pudo usted saber, sin apenas conocerla, que esa mujer era todo lo contrario de lo que parecía? Cómo pudo ver lo que ni yo ni otros vimos.<br />- En realidad fue mi paciente, por eso la conocía. Si no recuerdo mal por entonces vivía con su segundo o tercer marido y puesto que era uno de esos escasísimos hombres que puede convenir a este tipo de mujeres yo intenté salvar su relación. Entonces apareció usted en su vida y todo se malogró. No olvide que yo me debía a mis pacientes, bondadosos o no... Luego le hice llegar a usted aquel mensaje a través del doctor Pérez D. que no surtió efecto. A ella ya no la vi más.<br /><br />Sosa frunció el ceño mostrando extrañeza. Su respiración se aceleró. Recordaba que Maribel le confesó en cierta ocasión haber acudido alguna vez a la consulta de Belgrano por un simple problema de insomnio. Nada de importancia.<br />- ¿Quiere decir que estaba loca?<br />- Sufría un trastorno crónico de la personalidad -precisó el doctor.<br />- ¿Por qué era adecuado su marido y no yo?<br />- Porque era un hombre sumiso, simple, crédulo, en una palabra, manipulable. Y usted, como la mayoría, no. Por eso su relación con ella era desaconsejable.<br />- ¿Entonces porqué cree que abondonó a ese hombre si tanto le convenía para venirse conmigo?<br />- Este tipo de personas acaba por sentir desprecio también hacia aquellos que resultan fáciles de manipular. Les parecen demasiado débiles.<br />Sosa escuchaba sorprendido. El doctor hablaba con absoluta seguridad. Ambos permanecieron unos segundos en silencio.<br /><br />- Sabe... Un segundo error fue confiarle mi empresa. Nos fuimos quedando sin clientes sin darme cuenta. Yo me creía sus explicaciones.<br />- Ciertamente no son personas que puedan realizar un trabajo que implique trato con el público -terció el doctor.<br />- Pero era una mujer agradable, risueña, con buena presencia. Quizá muy habladora pero eso suele suceder en las mujeres...<br />El doctor se acomodó en su asiento, mirando de soslayo a su invitado. Alzó los ojos, pareció reflexionar brevemente para volver a fijar la mirada en Sosa.<br />- Son personas que observan mala intención en todo lo que los demás hacen. Tienden a ver actitudes insultantes donde no las hay y se sienten ofendidas sin razón para ello. ¿Entiende?. Esta es la base de su problema.<br />- Es cierto que no se relacionaba con la mitad de su familia... También no sé cómo lo hizo pero consiguió enemistarme con mucha gente y alejarme de mi hijo. <br />Feher asintió con un leve movimiento de cabeza. Sosa volvió a permenecer pensativo, en silencio.<br /><br />- Creo que mi tercer error fue poner las propiedades a su nombre. Me convenció para evitar un posible embargo relacionado con las deudas de la empresa.<br />El doctor no respondió.<br />- Hubo finalmente un cuarto error -señaló Sosa esbozando una sonrisa que denotaba cierta vergüenza-. Después de todo la localicé para pedirle que volviera conmigo. Fíjese, cuando ya me lo había quitado todo yo esperaba que se reconciliase conmigo.<br />El doctor hizo ademán de alzarse de su asiento para dar por terminada la conversación. <br />- Estas personas albergan resentimientos profundos y durareros -sentenció Feher para aconsejarle acto seguido que olvidase. <br />- Todos nos equivocamos, Sosa. <br />- Más aun con las mujeres -terció Sosa.<br />- En realidad se trata de un trastorno más frecuente en los hombres -explicó el doctor.<br />- Usted puede recuperarse, independientemente de lo que consigan sus abogados. Si se lo propone puede vivir una jubilación satisfactoria. Si le sirve de consuelo esa mujer no está dotada para la felicidad.<br /><br /> El doctor se despidió con una sonrisa de complicidad. En el tren que lo llevaba a Buenos Aires Sosa decidió encarar el futuro con optimismo.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-57517898991780113872009-10-17T19:52:00.006+01:002009-10-19T18:55:30.339+01:00Cita en Punta del Este (II) - ficción<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheFd-ehktxMudr4iQSf8mpgiwpBTWJnk6hBBZ4cJUoA0YZqhMdJUU4Tv0wC3-tkOU-1Phh3qwmr357a1yEDZDpyHL2-6uUF8C4yMe-1o4s1Msy-dPbmkd9FI-7uPxjwb_2Bkyh1w/s1600-h/Ella.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 297px; height: 259px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheFd-ehktxMudr4iQSf8mpgiwpBTWJnk6hBBZ4cJUoA0YZqhMdJUU4Tv0wC3-tkOU-1Phh3qwmr357a1yEDZDpyHL2-6uUF8C4yMe-1o4s1Msy-dPbmkd9FI-7uPxjwb_2Bkyh1w/s320/Ella.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5394370502239724770" /></a><br /> El doctor Feher recordaba bien los casos de Marcos Sosa y Maribel Quesada. Dieron mucho que hablar en Belgrano por la posición social de los protagonistas si bien desde un punto de vista clínico carecían de especial interés. Antes de retirarse a Punta del Este había donado a la facultad las historias clínicas acumuladas durante casi cuarenta años. Una ingente cantidad de papel ordenada en archivos a la que, una vez cerrada la consulta, hubo que proporcionar un destinatario apropiado y respetuoso con la confidencialidad. Quedó maravillado cuando unos estudiantes le devolvieron toda la información en unos pocos disquetes. <br /><br /> El doctor se sentó en el despacho de su apartamento. La primera luz de la mañana iluminaba la estancia a través de un gran ventanal desde el que solía observar un mar tranquilo o agitado. Tomó el disquete seleccionado, del año 89. Quería refrescar la memoria, al día siguiente se vería en el Conrad con el pobre señor Sosa. Efectivamente pocas líneas aparecían sobre el hijo de Sosa. No observó entonces que el joven tuviese dificultades por aceptar su orientación sexual pero sí le pareció algo vulnerable a la presión familiar. Le animó a dar pasos en el buen sentido excluyendo el proyecto de boda. Semanas más tarde Feher, que había tratado muy poco a Sosa padre, optó por pedirle a un amigo común que insistiera en ese sentido. <span style="font-style:italic;">Indicaciones al doctor Pérez D. para que haga ver a los Sosa la inconveniencia de la boda de su hijo,</span> había anotado.<br /><br /> Respecto a Maribel Quesada las consultas fueron numerosas, el historial ocupaba varias hojas y en el lugar reservado al diagnóstico aparecían tres consonantes simplemente. Recordaba que era una mujer bastante atractiva, con una larga melena azabache y con cierto exceso de maquillaje, perfume y perifollos. Con la experiencia Feher había adquirido habilidad en obtener una información valiosa con una primera mirada, antes de que el paciente pronunciase sus primeras palabras. Del resultado de ese brevísimo estudio semiológico se podía obtener una impresión que indicaba una dirección a seguir y otras a descartar. De Maribel, aún más que su cuidado aspecto, le llamó la atención la mirada tensa, fija. Una mirada que conocía de otros pacientes y que recomendaba prudencia, tacto en la palabra.<br /><br /> Releyendo el historial que él mismo escribió años atrás recordó que el caso no le planteó mayores dificultades, los síntomas aparecieron a medida que las visitas se fueron sucediendo. Debió en efecto medir sus palabras para no propiciar interpretaciones en negativo fruto de la desconfianza, hacer equilibrios para no reforzar los juicios erróneos de la mujer sin que ésta se molestase y dejase de acudir a la consulta. Aceptar que estaba perfectamente, que sólo acudía allí por asuntos menores. Todo un trabajo para un resultado limitado: si conseguía recetarle las pastillas ella podría encontrar cualquier excusa para no tomárselas.<br /><br /> Finalmente se preguntó Feher por el señor Sosa. No habría buscado esta cita sólo para lamentarse por no haberle hecho caso, ni para encontrar una explicación al comportamiento de esa mujer, se dijo. Todo eso resultaba lejano. Quizá esté depresivo -pensó- y él le había dado motivos para confiar. Desde Belgrano le habían llegado informaciones contradictorias, hablaban de un hombre solitario, roto por la vida, pero también se rumoreaba que Maribel iba a perder las propiedades que consiguió poner a su nombre. La cita, al día siguiente en el Conrad.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-33891886881366144322009-08-30T18:56:00.004+01:002009-08-30T22:00:56.517+01:00Cita en Punta del Este (I) - ficción<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAGNEzGjEUE_WHSclBPwtHrnp41rPIH0SaQMMIrt7gA-bvvqB8w77hTDuIzl5d66jp23wKFe5LYfE1MXT6r9dDQnk46iETrI68s-4rmxJ-UHbvbe4PWFnZ8s_Mp7PiBVeqNv0pgg/s1600-h/hotel+conrad+punta+este.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 222px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAGNEzGjEUE_WHSclBPwtHrnp41rPIH0SaQMMIrt7gA-bvvqB8w77hTDuIzl5d66jp23wKFe5LYfE1MXT6r9dDQnk46iETrI68s-4rmxJ-UHbvbe4PWFnZ8s_Mp7PiBVeqNv0pgg/s320/hotel+conrad+punta+este.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5375831890358320210" /></a><br /> <br /> Conservaba el lóbrego apartamento materno de River, una escueta pensión y poco más. Bueno, también muchos recuerdos de los viejos tiempos: fiestas familiares, hábiles negocios, la amistad de la flor y nata de Belgrano... Se decía a sí mismo que a un hombre se le puede quitar todo excepto su pasado y se aferraba a él con más orgullo que nostalgia.<br /><br /> Admitía dos tremendos errores en su vida: insistir a su hijo en casarse y abandonar a su mujer por otra. Decisiones lejanas, separadas en el tiempo pero relacionadas entre sí que tenían mucho que ver con su actual soledad y precariedad económica. El fracaso del matrimonio de Marcos supuso su marcha a Europa; su esposa entendió que debía estar también al lado del hijo y decidió pasar temporadas allí, en una de sus largas ausencias él conoció a Maribel... Admitía esos errores pero se lo reprochaba poco en la medida en que en su momento había tomado sus decisiones con absoluto convencimiento. ¿Porqué Marcos no iba a casarse con esa dulce muchacha de buena familia que lo adoraba?. ¿Porque lo desaconsejase el doctor Feher?. Si su mujer había decidido pasar largas temporadas fuera ¿porqué iba él a renunciar al amor de otra mujer, además más joven y más bella?. ¿Porque el doctor Feher le advirtiera que esa mujer no le convenía?. ¿Qué se creía ese viejo judío para entrometerse en sus vidas?. ¿Acaso no le bastaba la plata que dejaban en su consulta de avenida Cabildo las histéricas mal casadas y aburridas de media ciudad?. <br /><br /> A medida que había transcurrido el tiempo, que la dura realidad se había impuesto -Maribel se quedó con la amplia casa de River y el apartamento de Punta del Este, tras saquear la cuenta bancaria-, su intriga hacia ese enigmático doctor en psiquiatría había ido en aumento. Además sólo en contadas ocasiones había coincidido con él: se habían saludado en alguna cena multitudinaria o en la tribuna de River Plate. Tampoco apenas conocía a Marcos o a Maribel que sólo había acudido alguna vez a la consulta por un problema de insomnio. ¿Cómo pudo predecir lo que sucedería?. Si tan convencido estaba de los desastres que se cernían ¿porqué no le llamó para hablar personalmente con él en lugar de limitarse a breves advertencias a través de terceros?.<br /><br /> Años después en el edificio de Cabildo supo que el doctor se había retirado a algún lugar de Punta del Este. No consiguió dirección ni teléfono de contacto. Tampoco las escasas amistades que conservaba de los viejos tiempos pudieron ayudarle en este sentido. Preguntar por el doctor se convertió en un hábito casi obsesivo. Se decía a sí mismo que no deseaba morirse sin obtener del doctor respuestas a las numerosas preguntas que se hacía sobre el comportamiento indigno de Maribel. Lo de su hijo le intrigaba mucho menos. Algo había leído sobre la homosexualidad y estaba resignado.<br /><br /> Al fin, un feliz día un amigo le dio una valiosa información. Había coincidido casualmente con el doctor y su esposa en los baños del Conrad, en Punta del Este, y le informó sobre su interés por dialogar con él. El doctor se excusó alegando que no tenía previsto viajar a Buenos Aires pero le facilitó las fechas previstas de sus futuras estancias en el balneario. <span style="font-style:italic;">"A pacientes, después de cuarenta años ejerciendo, ya no recibo pero con las víctimas de mis pacientes me siento un poco en deuda. Con gusto le invitaré a cenar en el restaurante del Conrad (foto)". </span>El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-52766188480536113852009-08-01T16:21:00.003+01:002009-08-01T16:53:42.583+01:00El doctor de Sofía Carlota<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUp7yq_DC-g7zotdaKBn6X2qUK37kAJ2MEi5R87k-5oVHC-J_dodpouhkaJUmItuiQN7xDx3LuG4Az_JJzax8AqWtVjpaBqp9944rLcUslkH9Df3nIBrzKc1INLsGez4vYePizeQ/s1600-h/Krafft-Ebing.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 136px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUp7yq_DC-g7zotdaKBn6X2qUK37kAJ2MEi5R87k-5oVHC-J_dodpouhkaJUmItuiQN7xDx3LuG4Az_JJzax8AqWtVjpaBqp9944rLcUslkH9Df3nIBrzKc1INLsGez4vYePizeQ/s320/Krafft-Ebing.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5365023269509034130" /></a><br /> A la bella Sofía Carlota de Baviera, hermana menor de la célebre emperatriz Sissi, le concertaron un buen matrimonio con su primo el muy apuesto Luis II, futuro rey de Baviera. Pese al interés familiar el noviazgo no prosperó. <span style="font-style:italic;">¿No os dáis cuenta de que no me quiere?</span> dijo la desconsolada joven a sus padres quienes no tardarían en arrojarla a los brazos de otro buen partido, el nieto del rey de Francia.<br /><br /> Tanto Sofía Carlota como Luis II tuvieron un trágico destino. Ella murió en un incendio en París, él ahogado en extrañas circunstancias en un lago cercano a Múnich. También ambos habían sido internados por iniciativa de sus propios familiares en centros psiquiátricos. Ella por haber vivido una apasionada relación extramatrimonial y él por homosexual. En la época -finales del siglo XIX- tanto la mujer adúltera como los homosexuales eran considerados como enfermos mentales. <br /><br /> Sofía Carlota permaneció algún tiempo en la clínica que el célebre psiquiatra Krafft-Ebing poseía en Graz. Había huído con su amante pero los buscaron, los separaron y a ella la ingresaron. Poco antes habían encontrado el cuerpo sin vida de Luis II en un lago junto al castillo de Berg donde acababan de internarlo. Junto a su cuerpo, el de su psiquiatra. Una hipótesis es que primero ahogó a éste y luego se suicidó. <br /><br /> Me da un cierto vértigo pensar que la interpretación agustiniana del sexo tuviera todavía tanta influencia social mil quinientos años después de su formulación. De hecho en ciertos sectores todavía la tiene. Lo que se contaba el locuaz San Agustín se lo sigue contando la Iglesia católica. <span style="font-style:italic;">La única finalidad del sexo es la procreación dentro del matrimonio y todas las otras actividades sexuales son pecaminosas.</span> Para él el celibato era superior al matrimonio.<br /><br /> Tradicionalmente se ha considerado la sexualidad como un asunto de moral y no de fisiología o psicología. En el siglo XIX algunos médicos empiezan a considerar ciertos comportamientos sexuales como perversiones que forman parte de las enfermedades mentales; así, el médico reemplaza al sacerdote y al abogado canónico, la patología al pecado.<br /><br /> Krafft-Ebing, el psiquiatra de Sofía Carlota, es valorado como pionero de la sexología y por su apotación a la terminología psiquiátrica pero no dejó de ser un hombre de su tiempo, un hijo del siglo XIX. También creía que la finalidad del sexo era la procreación, el resto eran desviaciones que él se entretenía en clasificar. La masturbación era fuente de enfermedades diversas y relacionaba la pasión sexual con la epilepsia. Sólo al final de su vida pareció zafarse del fardo agustiniano y gracias en gran medida a sus propios pacientes, a perversos como Karl Heinrich Ulrichs, el primer gay que osó salir del armario en una época muy oscura. Pero esa mejor percepción de Krafft-Ebing sobre la sexualidad humana en el incipiente nuevo siglo XX parece sólo como un presagio de las grandes transformaciones en el mundo del pensamiento y de la ciencia que éste va a traer consigoEl Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-90895248281294044622009-07-11T15:13:00.003+01:002009-07-11T16:02:59.883+01:00A perpetuidad<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT1AVC2U9PewwtTxzcKc-yzn0JMRT3Waf11hfcnrWkkYBcht-76EkKvkeQBJJCibuAPCtQ4ikVHXkSdCUNKoZ26HCLnaDV8AY9MeR4B1r9beqOT4hxYLKMAtEKpedwOtVL45GLew/s1600-h/Fofana.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 186px; height: 243px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhT1AVC2U9PewwtTxzcKc-yzn0JMRT3Waf11hfcnrWkkYBcht-76EkKvkeQBJJCibuAPCtQ4ikVHXkSdCUNKoZ26HCLnaDV8AY9MeR4B1r9beqOT4hxYLKMAtEKpedwOtVL45GLew/s320/Fofana.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5357216921326950882" /></a><br /> La noche del 15 de febrero de 2006 alguien daba la noticia sobre el asesinato de Ilan Halimi en el foro judío francés en el que yo participaba. <span style="font-style:italic;">"Un joven judío secuestrado y torturado hasta la muerte".</span> El miedo pero sobretodo las reacciones de indignación se sucedieron en los días siguientes en el mismo foro. <span style="font-style:italic;">"La monstruosidad no tiene límites",</span> apuntaba el webmaster David. <span style="font-style:italic;">"Lástima que la pena de muerte haya sido abolida en Francia", </span> bramaba Benjoseph. <br /><br /> Una joven aún menor de edad actuó de cepo. Fue con frecuencia hasta el comercio de teléfonos celulares donde trabajaba Ilan hasta conseguir que aceptara dar un paseo con ella. De este modo fue secuestrado. Se exigieron 450.000 euros por su liberación, luego la cantidad se redujo a 100.000. La familia no disponía de ese dinero; la madre, divorciada, era una trabajadora que se ocupada de sus tres hijos. Ilan fue torturado durante 24 días. Se le encontró agonizante junto a una vía de ferrocarril falleciendo durante el traslado al hospital.<br /><br /> Pronto fueron detenidos numerosos miembros del llamado "gang de los bárbaros" cuyo máximo responsable el costamarfileño Yusuf Fofana había huído a su país de origen. El gobierno francés se tomó el asunto con la seriedad debida y el criminal fue extraditado con una extraordinaria celeridad a Francia.<br /><br /> Yo hice una de mis discretas intervenciones en el foro, por cierto un foro de excelente calidad que, por motivos que no vienen al caso, se malogró. <span style="font-style:italic;">"Me gustaría ver a esos sucios asesinos condenados a perpetuidad",</span> escribí la tarde del 21. Y bien, hoy he sido complacido porque publica la prensa la sentencia de cadena perpetua para el tal Fofana que urdió el secuestro, las torturas y finalmente asesinó al joven judío. Pasará con seguridad 22 años en la cárcel, luego, supongo que en función de su conducta, podrá tener libertad condicional. A juicio del abogado de la familia de Ilan las condenas para algunos de los participantes del grupo criminal han sido demasiado benignas y serán recurridas a un tribunal superior.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-13529422670760451252009-05-31T15:44:00.003+01:002009-05-31T23:10:15.589+01:00Una mujer libre<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiAtQCpZ3D8fCNE3mxV4ZCqxlszO728O8962luDmPu1CG6Meg-lkOU0-h4NYGReG0AimEBbgaZRB6hGIra2Ustv4VgjoSz4aMkre5rifdj2z_YSc-XMmj_N1IQnyRQsYPc-gxKmQ/s1600-h/38660.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 124px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiAtQCpZ3D8fCNE3mxV4ZCqxlszO728O8962luDmPu1CG6Meg-lkOU0-h4NYGReG0AimEBbgaZRB6hGIra2Ustv4VgjoSz4aMkre5rifdj2z_YSc-XMmj_N1IQnyRQsYPc-gxKmQ/s320/38660.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5342101549057067538" /></a><br /> Nos presentó una conocida común a la que pronto ambos olvidamos. Sentíamos pesar por su desequilibrio psicológico pero percibíamos que éste, como sucede a veces, ocultaba una considerable indignidad. Yo era por entonces un joven preocupadizo, ella una mujer independiente y llena de vitalidad. La visité con frecuencia en el pequeño apartamento barcelonés que compartía con su hijo y donde solía coincidir con otras de sus amistades. Bebían, fumaban, conversábamos. El reloj se detenía. A ella le encantaba rodearse de jóvenes con los que hablar, larga y apasionadamente, sobre mundos complejos: las emociones, la amistad, el deseo... A nosotros nos sorprendía gratamente su proximidad: hablaba nuestro lenguaje y lo hacía desde la experiencia de los mayores pero muy lejos de sus convencionalismos y prejuicios. <br /><br /> Yo admiraba su carácter independiente, no era una de esas mujeres tradicionales entregadas incondicionalmente al marido y a la prole que se ven -o las podemos ver- reducidas a objetos de segunda fila. Nunca fue interesada ni codiciosa, el dinero no aparecía en sus conversaciones. Apreciaba su coraje al asumir en solitario la crianza y el cuidado de su hijo, la sinceridad y la disponibilidad que siempre me mostró y admiraba, en fin, que viviese libremente y con la decencia de relacionar su propia libertad con la de los demás. <br /><br /> Los encuentros habituales de los primeros años se fueron espaciando con el tiempo debido sobre todo a la distancia física. Ella misma me brindó el último empujón para iniciar mi aventura fuera del país en 1992. Desde entonces nos hemos visto muy poco aunque siempre hemos mantenido contacto telefónico. De este modo supe de la muerte prematura de algunos conocidos de aquellos primeros años, como la de J.M. que pretendió escribir sobre su experiencia como enfermo de sida, de amistades rotas o de preocupaciones filiales. Por encima de todo esas breves conversaciones desde la distancia confirmaban nuestro mutuo afecto.<br /><br /> Nunca mantuvimos la menor diferencia, aceptó mis momentos de apatía y alguna torpeza. En cierta ocasión quise que conociera a un buen amigo de la época, pensando que podría también surgir una buena amistad entre ellos. Nos invitó a su apartamento y se esmeró en preparar una buena cena pero M. se mostró adusto y con prisas por marcharse. Era evidente que M., entre cuyas relaciones había curitas homosexuales de marcada doble moral, no iba a mostrar ningún interés. <br /><br /> Hoy he llamado a mi amiga tras haber transcurrido quizá un año desde nuestra última conversación. Su hijo me ha comunicado que ella deseaba despedirse de mí pero que no disponía de mi número de teléfono. Tampoco existía ningún amigo común a quien solicitárselo. Me ha dicho que ella estaba convencida de que yo deseaba asistir a su entierro pero que, en todo caso, él ya se encargaría de darme la noticia el día que recibiera mi llamada. Al parecer en agosto pasado le diagnosticaron una leucemia, a ella, que había trabajado buena parte de su vida en hematología oncológica de la sección de pediatría de un conocido hospital. Recuerdo que una vez me contó cómo se había lamentado ante un médico por los frecuentes fallecimientos de niños en esa planta. Pediría conocer su pronóstico, en todo caso rechazó el tratamiento combinado y su voluntad fue respetada. La enterraron en octubre.<br /><br /> No tengo otra amistad de tantos años, de hecho mis amistades son muy escasas y relativamente recientes. <br /><br /> Hay un lugar al que debo acudir con algunas flores.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-26918817232532343692009-04-07T19:12:00.003+01:002009-04-08T00:23:54.428+01:00La pequeña polaca<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGpuq9oTsN6IUdGFz2xIK2wuMCIEO_6UQDCNt97TUhc1EQwn0MQ1XgYhlVdpNBiNXEkmyYLlNyq3Hm9FXl1BaQyyAovuJLEqQHJ54lLa3DWh0Gh3xJHUhN03gI7eOP1XehzaGl8A/s1600-h/Bianca+Lamblin.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 215px; height: 264px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGpuq9oTsN6IUdGFz2xIK2wuMCIEO_6UQDCNt97TUhc1EQwn0MQ1XgYhlVdpNBiNXEkmyYLlNyq3Hm9FXl1BaQyyAovuJLEqQHJ54lLa3DWh0Gh3xJHUhN03gI7eOP1XehzaGl8A/s320/Bianca+Lamblin.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5322087802492268002" /></a><br /> Con dieciocho años Bianca Bienenfeld, judía polaca refugiada junto a sus padres en París, se enamoró de su profesora de filosofía, Simone de Beauvoir, y del amigo de ésta, Jean-Paul Sartre. Creyó formar un trío con ellos como lo contó ella misma cincuenta años más tarde en "Memorias de una joven informal".<br /> <span style="font-style:italic;">"Estaba segura de que los dos me querían sinceramente(...) Me parecía que había formado con ellos un triángulo definitivo (...) A mí me exaltaba tanto aquella doble pasión, lo inusual de nuestra aventura, que me comprometí en ella por completo".</span><br /> <br /> En realidad Beauvoir y Sartre ya habían decidido que uno sería el <span style="font-style:italic;">amor necesario</span> del otro y que esa original relación admitiría <span style="font-style:italic;">amores contingentes,</span> eso sí dentro de una absoluta transparencia, sin ocultarse nunca nada. De hecho era un <span style="font-style:italic;">pacto</span> a la medida de ambos: su mutua pasión era intelectual, abominaban de la familia nuclear y valoraban sumamente la libertad. De ningún modo él iba a limitarse a una sola mujer, al parecer le encantaba conquistarlas, y ella era lesbiana aunque también receptiva a vivir experiencias heterosexuales. Cuando apareció Bianca ambos acumulaban diversos amantes u amores contingentes. Ella era una más. <br /> <br /> <span style="font-style:italic;">"Me deslumbraba su presencia física y la desproporción que existía entre su cultura, que me parecía inmensa, y la mía. Dejando de lado su evidente belleza, lo que llamaba la atención en Simone era el carácter brillante, incisivo y audaz de su inteligencia",</span> escribió Bianca.<br /> <br /><br /> La guerra deshizo al trío, primero separándolos, al poco enterrándolo definitivamente. <span style="font-style:italic;">"Simone me dijo que no iba a poder verme tanto como antes, que había que espaciar las citas(...)Acabó por confesarme que tenía un idilio con Jacques-Laurent Bost. De repente noté como si me ahogase, como si me hundiera".</span> Poco después Bianca (foto, a los veinticuatro años) se casó con Bernard Lamblin con el que tuvo dos hijas. Durante la postguerra reanudó su amistad con Simone que duró muchos años, hasta el fallecimiento de ésta en 1986. <br /><br /> Pero en 1990 se publicó póstumamente la correspondencia que Simone dirigió a Sartre durante la guerra que incluye los tiempos del supuesto trío y ciertamente Bianca no sale muy bien parada. Aun tratándose de cartas privadas -que escribe una Simone de treinta años que no es todavía famosa y por tanto no puede ni sospechar que algún día llegarán a publicarse- cabe reconocer el trato muy despectivo hacia Bianca y otras. <span style="font-style:italic;">"La pena que sentí en 1940 ha renacido cincuenta años después al leer estas cartas"</span> confiesa Bianca en el texto que escribió para ajustar cuentas con sus antiguos amantes.<br /><br /> No entiendo muy bien porqué Bianca Lamblin decidió escribir este librito. Ella misma cuenta que Simone le pidió perdón por el sufrimiendo causado, entonces me pregunto ¿a santo de qué el empeño por volver al asunto?. Además estuvo al corriente desde el primer día del lugar secundario que tenía destinado en esas relaciones. Me molesta ese victimismo del que hace gala, la chica inocente víctima de un par de depredadores, como si a los dieciocho años no fuésemos conscientes de nuestros actos. Claro que el tema no daba para contar mucho y se permitió añadir varios capítulos sobre sus actividades en la Resistencia y su vida familiar.<br /><br /> El suyo es un testimonio que ha servido para que los reaccionarios se froten las manos por el material inesperado que les ha proporcionado para denigrar a una figura de la izquierda. Y por supuesto para hacer dinero. Faltaría más.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-79341921615818631802009-03-28T17:29:00.003+00:002009-03-28T19:13:41.073+00:00Mehmet<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI49QQRXQoNWSDDwTt8U_B57VYHoSq980LwjRaWwSg9gcPvzLL1zwdRyZ0PKenyqYBOeljkdT1mxc1YhjnB42_Xgpl8GwI1VK2m-15HGpI2fC85h1ZNpjqitv_E2L_teDyU9k09Q/s1600-h/turco.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 212px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiI49QQRXQoNWSDDwTt8U_B57VYHoSq980LwjRaWwSg9gcPvzLL1zwdRyZ0PKenyqYBOeljkdT1mxc1YhjnB42_Xgpl8GwI1VK2m-15HGpI2fC85h1ZNpjqitv_E2L_teDyU9k09Q/s320/turco.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5318316046418271138" /></a><br /> Han transcurrido veinte años pero aún recuerdo su nombre, Mehmet. Permaneció todos los días en el asiento trasero del autocar, solitario y aburrido. Lo veíamos a menudo dormitar. El se ocupó durante nuestro recorrido por Turquía de los equipajes, de subir y bajar las maletas del grupo en cada hotel y aeropuerto. Era bastante joven, poco agraciado pero simpático. Sólo hablaba turco por tanto no podíamos romper su sopor durante los largos recorridos por precarias carreteras: de Estambul a Ankara, de Ankara a la Capadocia, luego Esmirna y de nuevo Estambul.<br /><br /> El día de nuestra despedida recogimos propinas para él y el guía. No sé porqué razón se contaron las cantidades obtenidas y nuestra sorpresa fue que estábamos dando una cantidad más elevada a Mehmet que al guía correo que se había devanado los sesos para contarnos, en un correcto español, historia, arquitectura, tradiciones y mucho más del país que visitábamos. Probablemente es que algunos habíamos sentido cierta compasión hacia Mehmet, por la dureza de la tarea de ocuparse de unos equipajes cada vez más pesados, por su impuesta soledad y porque debía dormir por las noches dentro del autocar y no en las confortables habitaciones de los hoteles como los demás.<br /><br /> Algunos miembros del grupo alzaron la voz para poner orden al <span style="font-style:italic;">desaguisado</span> de las propinas. No podía ser que premiásemos a este pobre hombre en detrimento del culto, paciente y esforzado guía. Entonces alguien propuso un reparto equitativo del dinero. No, tampoco les pareció una solución justa. Aunque recibiera la parte menor se trataba de una buena cantidad y Mehmet estaría más que satisfecho. Así se decidió finalmente, imponiéndose el criterio clasista de unos cuantos junto a la indiferencia de otros. <br /><br /> Este incidente -en realidad una discusión, un desacuerdo que no condujo a ningún enfado- me viene a la memoria leyendo "Estambul: ciudad y recuerdos" de Orhan Pamuk. Asocia Pamuk a Estambul con la amargura, algo -añade- que los estambulíes han escogido libremente. Yo no hubiera asociado a este pueblo con la amargura. No la percibió un viajero ilustre como Gérard de Nerval aunque por entonces Estambul era aún la gran ciudad de un imperio. Es que sostiene Pamuk que el origen de la amargura colectiva de los estambulíes está en la pobreza y la sensación de derrota y de pérdida. Quizá tenga razón, no lo sé, no olvidemos que en su época de máximo esplendor el Imperio Otomano se expandía por tres continentes. Y en cuanto a la pobreza era visible en 1988 y seguirá habiendo Mehmets hoy y mañana, más o menos como en todas partes.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-36047084892992010252009-02-22T11:09:00.003+00:002009-02-22T15:36:22.435+00:00Mi zorra preferida<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiio75OQNUNq9KE0nEZvfbfKKgwf5WJV-IVgn-COMFltEGoDRWiXEdYCemJg-swn6lbZa7LWxvFRDo6BNKdZjmbPDCw5uc_KrXt2No_BFFg9vO9OJ3R94I0J8Y3oAjnCcRPexT8Nw/s1600-h/Liska.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiio75OQNUNq9KE0nEZvfbfKKgwf5WJV-IVgn-COMFltEGoDRWiXEdYCemJg-swn6lbZa7LWxvFRDo6BNKdZjmbPDCw5uc_KrXt2No_BFFg9vO9OJ3R94I0J8Y3oAjnCcRPexT8Nw/s320/Liska.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5305645443130513266" /></a><br /><br /> Estaba enjaulada en lo alto de la pajarería de un centro comercial. Alcé la cabeza y me respondió con una mirada fugaz, tímida. La empleada se subió a una escalera y la bajó con mucho cuidado como si fuera a venderme un jarrón de la dinastía Ming. La acarició y derramó unas lágrimas antes de despedirse de ella. Díos mío, me dije, no sabía que fuese tan delicado comprar un perro. En el auto, camino de casa, permaneció en silencio, temblando, dentro del transportín de plástico. Una vez en el jardín de casa se resistió a salir, finalmente lo hizo asustada y sin dejar de temblar. Llegué a pensar si debería hacerle espacio en la vitrina del salón junto a la vajilla de porcelana y la cubertería de plata.<br /><br /> Más que aspecto de perro lo tenía de zorra, con orejas puntiagudas y la cola con el pelaje más largo. El nombre parecía cantado y le puse Lishka que significa zorra en checo. Hacía poco que había regresado de Praga y tenía el idioma muy fresco. Busqué información en la red sobre los shiba inu y me topé con un dato, considerado como un defecto de la raza, que me llamó la atención: la timidez. Algunos de estos ejemplares podían resultar muy tímidos. Vamos, como los zorros. Al igual que sus congéneres de raza apenas ladra, más bien suele gemir en esas situaciones en las que otros ladran. <br /><br /> Lishka cumplió hace poco cinco años. Ha estado bien alimentada. Ración diaria de arroz con carne, con menos frecuencia pienso para perros y puntuales premios como quesitos y algún pedazo de dulce. Muy escasos los paseos por el campo que tanto le gustan debido a la flojera de su dueño y a una cierta tendencia suya a ir por libre. Todo no puede ser. Por supuesto sigue escondiéndose debajo de la mesa ante la visita de cualquier desconocido. <br /><br /> Un día decidí que la compañía de alguien de su especie podría resultarle beneficiosa y estimulante. ¿Porqué no aliviar un poco alguna de esas perreras en las que malviven los infelices que han sido abandonados?. Así fue como llegó Sharka, también conocida como la Gitana. Pero ésta merece ya un capítulo aparte.<br /><br /> En la foto véis a Lishka aprovechando el escaso sol de febrero en el jardín que compartimos tres perras: Lishka, la Gitana y yo.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-22188812534530853802009-02-19T18:15:00.003+00:002009-02-19T22:53:23.347+00:00Encuentro en Piriápolis (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA-ARnLKejf_0O4Zptqm5PdyyDJiDB1srfoonKX2FaXYzpgGsf1Lj2RcV5Y31rrlLAhlDQDtnqVNSoty19-3tDHqmzX6XcP4E-AYWSULiCHldRLPBup7jHcxB6G0HCjtNeVoH_uw/s1600-h/piri%C3%A1polis.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 241px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA-ARnLKejf_0O4Zptqm5PdyyDJiDB1srfoonKX2FaXYzpgGsf1Lj2RcV5Y31rrlLAhlDQDtnqVNSoty19-3tDHqmzX6XcP4E-AYWSULiCHldRLPBup7jHcxB6G0HCjtNeVoH_uw/s320/piri%C3%A1polis.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5304631680827078738" /></a><br /><span style="font-style:italic;"><span style="font-weight:bold;">SIMONE DE BEAUVOIR -</span>¿No se podría decir que, en cierta manera, un macho adulto es "su mal olor", como decía Genet?</span><br /><span style="font-style:italic;"><span style="font-weight:bold;">JEAN PAUL SARTRE -</span>Si usted quiere, sí. No me agrada en absoluto y no me gusta que se me califique de esta manera. Ni siquiera soy adulto, soy de la tercera edad, y si aún soy macho, lo soy muy poco.</span> <br /><span style="font-style:italic;"><span style="font-weight:bold;">BEAUVOIR -</span>Precise eso, es divertido.</span><br /><span style="font-style:italic;"><span style="font-weight:bold;">SARTRE - </span>El macho adulto me desagrada profundamente; me gustan los hombres jóvenes en la medida en que un hombre joven no es muy diferente de una mujer joven; no es que sea gay, pero el hecho es que el hombre joven y la mujer joven no son tan distintos ni en su vestimenta, ni en su manera de hablar, ni en su comportamiento; para mí nunca fueron muy distintos.</span><br /><br /><br /> El doctor le prohibió tomar los baños apenas dos días antes de acudir a Piriápolis. Debería limitarse a una ducha diaria, secarse luego con mucho esmero los pies para vaporizar las plantas con <span style="font-style:italic;">miconazol</span>. Llevaría consigo muda diaria de calcetines y también de zapatos. Un segundo fastidio para el señor Kaufmann fue que esos días de febrero había demasiados niños revoloteando por los pasadizos de mármol del Argentino. Tuvo que tomárselo con resignación. Mañanas de paseo por el malecón y algo de lectura. Se había traído los viejos poemas de Endre Ady. <span style="font-style:italic;">"El maestro ciego lo aporrea, lo sacude. / Es la melodía de la vida. / Es el piano negro".</span><br /><br /> En un acogedor salón, bajo una araña de cristal de Bohemia, una mujer tecleaba un piano negro. Era un rincón tranquilo, quizá el único del hotel, donde Kaufmann se refugiaba cada atardecer, con el ejemplar de <span style="font-style:italic;">Népszabadság</span> que había obtenido en la estación de Buenos Aires y el librito de Ady. Tomaba un café con leche que servía sin mirarle un hombre joven y alto, de piel blanquecina y cabellos cortos, negros y lustrosos. Por momentos se detenía en la lectura y alzaba levemente la cabeza para observar de soslayo al joven, sus sobrios ademanes, sus labios carnosos flanqueados por una perilla recortada. Le parecía un hombre orgullosamente instalado en la masculinidad que viviría una pasión sin muchas palabras con una linda muchacha. Dirigiría miradas breves y subyugantes a las mujeres jóvenes, sólo a las hermosas. Ni una sola amistad masculina, cierta indiferencia al resto del género humano. Pensó si eso era lo que Fromm denominaba <span style="font-style:italic;">égotisme à deux.</span><br /><br /> Kaufmann se defendía del desasosiego que le provocaba la forzada presencia del empleado pensando que ya llegaría su hora de macho viejo. Con la madurez, ese orgullo y cualquier afán de seducción resultarían más bien patéticos. Ah, sí, qué ridículos le parecían los machos adultos que se creían seductores. <br /><br /> Quebró su ensimismamiento una insistente voz femenina aproximándose al salón. Se abrió la gran puerta, apareció el señor Braun con la que debería ser su mujer. Los días precedentes habían conversado largamente, el hombre se había extendido demasiado sobre un asunto que a él le había costado años olvidar: el atentado de la AMIA. Al verlo recordó que esa misma mañana, durante el desayuno, se había producido una situación algo embarazosa. Con la mirada perdida hacia la mesa ocupada por los Braun, observó cómo la señora tomaba de pronto la servilleta del regazo de su marido y se la anudaba en el cuello. De inmediato, sin que él reaccionara, le acercaba a la boca un tenedor con un pedazo de bacon del plato de ella. Braun había sorprendido la mirada de su amigo de charlas, así que su rostro enrojeció instantáneamente y apartó con molestia el brazo de su esposa. <br /><br /> Braun le presentó su esposa a Kaufmann. Compartieron mesa. Ella siguió hablando. Sabía con seguridad quién estaba detrás del atentado de la AMIA. El <span style="font-style:italic;">turco</span> y su hermano no salían muy bien parados. Habló también de política internacional, le preguntó por su horóscopo. ¡¡Escorpión!!, la simpática y locuaz dama pareció asustarse. Los hombres escuchaban y asentían mecánicamente, ella hablaba. Contó sobre una antigua cena en la casa de sus padres que tuvo un ilustre invitado: el cardenal Quarracino. Kaufmann no pudo disimular una mueca de asco.<br /><br /> La pianista dejó de tocar, el empleado pareció dejar de interesarse por el magisterio de la dama. Braun asentía y sonreía. Kaufmann recordó la confesión que le había hecho durante las conversaciones de esos días. Su esposa había mandado cambiar la sábana de la habitación del hotel por una de raso negro que había comprado durante uno de sus paseos por la ciudad. De anochecida se la encontró esperando, echada en la cama en camisón de color negro sobre la sábana de raso con dos copas y un botellín de champán en la mesita. Tras beber ella lanzó la copa al piso y le ordenó a él que hiciera lo mismo. <br /><br /> Kaufmann no se había casado. Satisfizo la curiosidad de la dama contando como propios los matrimonios y los hijos de su hermano Ladislao. No era la primera vez que recurría a esa estrategia, le ahorraba inventar y evitar de paso vacilaciones que afectaran la credibilidad. Ella quedó encantada, no eran historias de amor tan felices como la suya. <br /><br /> Los Braun regresaron a Buenos Aires tras intercambiarse direcciones y números de teléfono. El permaneció algunos días más en Piriápolis. Se sentaba en una hamaca para que el viento salobre secara sus pies afectados por la tiña, observaba por la ventana el eterno oleaje del mar. Dejó de acudir al salón al atardecer porque le incomodaba imponer su presencia al empleado. También tenía la sensación de que la pianista se veía obligada a interpretar sólo para él pues no solía acudir al salón nadie más. Cavilaba, intentaba combatir el aburrimiento. Recordaba cómo había deseado regresar a Hungría para vivir la jubilación en el mismo lugar donde había pasado la infancia. No fue posible por diversas circunstancias. Ahora lo que le apetecía era regresar a su hogar en Buenos Aires. De hecho, allí nunca se había sentido solo.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-54950840457155888672009-02-14T12:04:00.008+00:002009-02-14T16:57:46.284+00:00La excepción española<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjxyqBVHmX6vx4lkGpo2bR040oTToBi4CekbgJa2rzUxn3NJCYWbRAzqZT_TLYlxbsVqUdGjfTd3sGk7_Rez2REdCL0rL0pTGOXcJiDP-xYdTt7kD8tyk4e9uLJvB8zWW3BpPvMA/s1600-h/Ruzovy+tank+Davida+Cerneho.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 210px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjxyqBVHmX6vx4lkGpo2bR040oTToBi4CekbgJa2rzUxn3NJCYWbRAzqZT_TLYlxbsVqUdGjfTd3sGk7_Rez2REdCL0rL0pTGOXcJiDP-xYdTt7kD8tyk4e9uLJvB8zWW3BpPvMA/s320/Ruzovy+tank+Davida+Cerneho.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302693140388145170" /></a><br /><br /><br /> <span style="font-style:italic;">"Moss does not cling to a rolling stone". JOE HILL</span><br /><br /> No hay calle dedicada a Miklós Horthy ni a László Bárdossy en Budapest, y menos aún al siniestro Ferenc Szálasi. Ni en Budapest ni en el resto de Hungría. Tampoco hay dedicatorias a quienes impusieron posteriormente un régimen totalitario. Las viejas estatuas de simbología soviética que adornaron la capital -algunas muy bellas por cierto- se retiraron a un pequeño parque aislado en las afueras.<br /><br /> En Praga apenas recuperada la democracia se modificó escrupulosamente el callejero. El célebre tanque soviético de la plaza Kinský fue enviado a un museo militar después de que un excéntrico -el escultor David Cerný- lo pintara de rosa. Se puede pensar que hubo incluso un exceso de celo en los cambios: el tanque formaba parte de los que liberaron al país del yugo nazi; el periodista y escritor Julius Fucík luchó contra la Ocupación y murió ejecutado en Berlín pero su nombre fue borrado del parque de Exposiciones. <br /><br /> Parece superfluo añadir que en Alemania no hay dedicatorias a los jerarcas del nazismo ni una calle Pétain ha existido jamás en algún rincón de Francia.<br /><br /> Me resulta doloroso reconocerlo pero la democracia española es la vergonzosa excepción de Europa, con la honrosa salvedad de las comunidades catalana y vasca. Sigue habiendo plazas, calles y avenidas dedicadas a Franco, José Antonio, la División Azul y a otros símbolos del fascismo. Muchas más consagradas a personajes religiosos que nos recuerdan que lo del estado laico es una pura fantasía. El siniestro San Vicente Ferrer, perseguidor de los judíos valencianos, no sólo figura en el callejero de todas las aldeas de esa comunidad sino que es venerado como su patrón.<br /><br /> Leí hace poco una información muy ilustrativa sobre la imagen que damos en el exterior. Unos chinos investigando la participación de unos compatriotas suyos en la defensa de la democracia española durante la Guerra Civil abandonan un archivo nacional en Avila cuando de pronto se dan cuenta, con estupor, que están en una calle dedicada al general Franco. Antes habían consultado el archivo de Salamanca. Nadie les informaría que en fechas muy recientes muchísimos salmantinos salieron a la calle arengados por la derecha/extrema derecha (en España no están separadas en dos partidos) en defensa de la conservación en su ciudad de un botín de guerra robado a sus propietarios pistola en mano. No sólo la derecha de este país, una de las más reaccionarias de Europa, sino también alguna voz moderada como la de la periodista y escritora madrileña Rosa Montero defendió la unidad del archivo. Hábil en la manipulación, lo justificaba insinuando que en todos los museos hay piezas de dudosa procedencia. Le respondía mi paisana Teresa Pàmies preguntándose si unas cartas privadas que había enviado ella a su familia desde Estados Unidos o las que había dirigido su hermano a su novia, o sea unos textos irrelevantes más allá del ámbito personal o familiar, debían estar protegidos en un archivo nacional en lugar de hallarse en manos de sus legítimos propietarios. <br /> <br /> Cuando en alguna aldea vasca a algunos se les ocurre dedicar una calle a un miembro de la organización terrorista ETA se recurre con celeridad a la ley para impedirlo, previo escándalo de la España profunda. Que un ciudadano vasco sólo salir de su comunidad se dé de bruces con un monumento a Carrero o una calle a Franco, o sea con la exaltación pública y oficial de quienes anularon sus derechos como pueblo, prohibieron su lengua, asesinaron a algunos de sus hijos y cercenaron durante cuatro décadas la libertad de todos... eso ¿qué?, ¿eso les da igual?. Eso no les escandaliza. <br /><br /> Es cierto que el gobierno ha aprobado una ley de memoria histórica con la pretensión de corregir lo más indigno de nuestro callejero. Unas normas que en toda Europa se adoptaron con la debida rapidez, y con mucho más rigor, nos llegan a nosotros con más de treinta años de retraso y con razonables dudas sobre su aplicación. De momento la prensa de hoy nos brinda un nuevo episodio de esta bochornosa historia y no es la derecha cavernícola quien la protagoniza esta vez sino el alcalde socialista de Zaragoza, antiguo ministro de Justicia. En aplicación de la ley se le ha ocurrido que la calle que ha honrado a un militar golpista durante decenios honre a partir de ahora al charlatán que fundó un grupo fundamentalista católico, alto colaborador del régimen fascista. <br /><br /> Ante esta situación de déficit de nuestra democracia no sé si ponerme a reír o a mostrar indiferencia hacia lo ajeno, actitudes en las que llevan oscilando desde hace tiempo los llamados nacionalistas (la prensa nacional se refiere con el término nacionalista preferentemente a vascos y catalanes que se reconocen como tales y no a los nacionalistas españoles porque éstos no se reconocen así aunque obviamente lo son). Yo no soy nacionalista pero mi incomodidad crece al mismo ritmo que lo hace mi escepticismo sobre el sentido de nuestro proyecto común.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-16012772428600379032009-02-08T14:32:00.003+00:002009-02-08T16:44:37.134+00:00Un negacionista<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiPvRkmtKvOq6pWjjDMkY5MZ9iPb-XxImouJ6c6oXjAnHOEAGzyKEFW-_FI2dAASgI7YBiayPxc3fvuqbMG4iRQNdiXPiyUkzL5s91OyQZRPdHe-qf4HpmyBTDyHxgce3xiuXrsg/s1600-h/Ratzinger.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 175px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiPvRkmtKvOq6pWjjDMkY5MZ9iPb-XxImouJ6c6oXjAnHOEAGzyKEFW-_FI2dAASgI7YBiayPxc3fvuqbMG4iRQNdiXPiyUkzL5s91OyQZRPdHe-qf4HpmyBTDyHxgce3xiuXrsg/s320/Ratzinger.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300465947867930274" /></a><br /><br /> <span style="font-style:italic;">"El agravio más atroz que se puede infligir a un hombre es negarle que sufra". (Cesare PAVESE) </span><br /><br /> Hiela la sangre leer los propósitos negacionistas del obispo cismático Richard Williamson. Negar el sufrimiento y la muerte organizada de millones de personas revela una crueldad fuera de lo común y un desprecio a la verdad histórica, sólidamente documentada. Que semejantes propósitos procedan de un jerarca cristiano puede sorprender más o menos pero en todos los casos resulta llamativo. Que a este individuo, y a sus acólitos, le haya tendido la mano Ratzinger revela la deriva fundamentalista de este Papa, obligado a elevar el tono de voz en su posición contraria al negacionismo de la Shoah por Angela Merkel y sus propios obispos alemanes, austríacos y, en menor medida, franceses. <br /><br /> Y es que el tal Williamson, con su aspecto de atildado galán de cine, era un reaccionario insignificante. Semioculto en un rincón remoto, bien consciente de que en once países del mundo podía ser procesado y encarcelado, sus ideas delirantes carecían de un efecto contaminante que pudiese preocupar a nadie. Es Ratzinger quien lo convierte en personaje público en una decisión muy arriesgada porque no se trata sólo del problema del negacionismo personificado en este individuo sino del rechazo de todos los lefebvristas al Concilio Vaticano II. <br /><br /> Pero Ratzinger ya había alimentado la polémica al proseguir con la beatificación de Pacelli, el Papa que se mantuvo en silencio casi absoluto mientras millones de personas eran perseguidas y exterminadas en los campos del nazismo.<br /><br /> De toda esta historia truculenta a la que se añadirán nuevos capítulos estos próximos días lo que me parece positivo es la reacción alemana y, como agnóstico, confieso que me he divertido bastante. Quizá demasiado tiempo en el Vaticano, rodeado de viejos consejeros italianos o españoles, Ratzinger parece haber dejado de ser alemán. El "sí pero no" no existe en alemán, o es sí o es no. En un primer momento Ratzinger dijo sí a los lefebvristas y no al negacionismo en una peripecia muy propia de la diplomacia vaticana. Obviamente en Alemania eso no se ha entendido. La Merkel pidió al Papa alemán un no en voz más alta. Varios obispos alemanes, junto a los de Viena e Innsbruck, han mostrado malestar. También la prensa ha exteriorizado incomprensión, algunos católicos han renegado de su fe y afamados teólogos han solicitado directamente a Ratzinger su renuncia. <br /><br /> La foto la recibí hace pocas semanas de mi amigo L.A. junto a un breve titular. <span style="font-style:italic;">El Papa Benedicto de incógnito en Galicia.</span> Digo yo que la irreverencia no resulta molesta siempre y cuando no se practique de un modo sistemático.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-3281086194079186202009-01-29T19:02:00.004+00:002009-01-29T20:45:26.627+00:00Un lindo gulash<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcS_3F8QKcYE2LK1_asrk63NL18BL4o1BlfVza6UbqJOpXQAHNM1DrM8E_8ynZFNpG5fOSXQIWxgSmfoh8n2Fox9CERs9r31QFFiLs4wkCg3FAA8eNDGdTIQSTSInw2axj7Vh1yg/s1600-h/36308.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 218px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcS_3F8QKcYE2LK1_asrk63NL18BL4o1BlfVza6UbqJOpXQAHNM1DrM8E_8ynZFNpG5fOSXQIWxgSmfoh8n2Fox9CERs9r31QFFiLs4wkCg3FAA8eNDGdTIQSTSInw2axj7Vh1yg/s320/36308.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296818716239213522" /></a><br /><br /><br /> Me contó que estaba escribiendo sus memorias, que haría imprimir algunos ejemplares para familiares y amigos. Me presté a trasladar el texto a mi ordenador para así facilitar la tarea de la imprenta. Es un octogenario muy amable, de aspecto frágil. Un día me entregó ochenta y cinco hojitas, tamaño holandés partido por la mitad. También una serie de fotos, algunos carnets y tarjetas de visita. ¿Pretendía que apareciera la tarjeta de visita de cuando fue presidente de la asociación de cazadores o de jubilados?. Sí. Cosas de abuelitos, me dije.<br /><br /> Me lo tomé con calma, bastaría dedicarle algunas horas libres de vez en cuando porque una cuarentena de folios tampoco es tanto. Me lo encuentro a diario en el bar del pueblo, últimamente aparece un poco ansioso por la entrega. Con frecuencia lo hospitalizan unos días. Siempre el mismo diagnóstico: neumonía. Las lleva contadas, ha sufrido treinta y tantas en su vida. Lo tranquilizo, le digo que voy avanzando pero que tengo algunas dificultades para entender algunas palabras. Las hojitas están aprovechadas al máximo, sin apenas espacio entre líneas; la caligrafía es florida, antigua, en efecto algunas palabras se me resisten. El me invita a café.<br /><br /> Me decido a trabajar con más celeridad, no pretendo ansiarle. Las primeras hojas iban numeradas, luego aparecen números a media hoja. Me encuentro con párrafos que ya había escrito minutos atrás, repetidos, en realidad algo corregidos. Me digo que la numeración no corresponde a las hojas, se diría más bien que a capítulos. En todo caso hay que volver un poco atrás, reescribir parte de lo escrito. <br /><br /> Hay que corregir la ortografía. Respecto a la dicción sólo lo indispensable para evitar que sus lectores se encuentren con palabras que él nunca hubiese pronunciado. Resulta complicado encontrarle significado a algunas frases.<br /><br /> Anoche decidí volver a avanzar en la tarea. Cuando llevaba escritas algunas hojas en el ordenador me detuve, los párrafos aparecían dispersos, mezclados. Como dicen los checos, un <span style="font-style:italic;">lindo gulash.</span> Me dije que debía ordenar unas hojas que, salvo al inicio, no están numeradas. Si la numeración corresponde a capítulos va resultar muy arduo poner orden: hay números varias veces repetidos, a veces en una misma hoja aparecen hasta tres párrafos con tres números distintos y no correlativos. Si después de rectificar un capítulo no tachó el/los descartado/s ¿cómo saber cuál es el que debo introducir?. Desistí cuando la numeración pareció enloquecer totamente: hoja (o capítulo) 1ª3, 31/2x, 4*1x2, 0/x... Las últimas hojas, sin número alguno.<br /><br /> Esta mañana no apareció mi amable amigo por el bar pero confío en que no lo hayan hospitalizado de nuevo. La próxima semana hay cita en la imprenta. Voy por la mitad pero estoy en pleno atasco. En la hoja siguiente me aparece de nuevo la Guardia Civil deteniendo a rojos que no lo eran tanto. ¡Pero si el capítulo sobre la guerra lo transcribí hace días y días!.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-59380488126360650092009-01-27T19:30:00.003+00:002009-01-27T20:53:24.433+00:00Crisis<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXP1QubPcSRiBLttgOttwFs_Xbl48Ce50QCYC8PdN2R-R9lSB-YYgFL9cUXTTNRIRn4nXtpCV8vdOwcXM50-gV3Z8DhyphenhyphenGx3VmffescouMIwR3bBMZsrDte51DvjZTxE9Hav6I4zQ/s1600-h/35990.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 153px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXP1QubPcSRiBLttgOttwFs_Xbl48Ce50QCYC8PdN2R-R9lSB-YYgFL9cUXTTNRIRn4nXtpCV8vdOwcXM50-gV3Z8DhyphenhyphenGx3VmffescouMIwR3bBMZsrDte51DvjZTxE9Hav6I4zQ/s320/35990.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296077514926076370" /></a><br /> <br /><br /> La semana pasada se suicidó un joven inmigrante rumano en un pueblo próximo al que vivo. Al parecer se había quedado sin trabajo, luego se le acabaría la prestación por desempleo. El banco le quitaba el sencillo apartamento que había adquirido porque no podía hacer frente a la hipoteca. No tenía que haber reaccionado así, le dije a V., amigo común que fue quien me dio la noticia. El asintió. Parece ser que otros inmigrantes en situación similar han entregado las llaves de sus viviendas al empleado de su banco y han regresado a su país. Hay más tragedias, más ilusiones perdidas, de inmigrantes y, por supuesto, de españoles, y el pesimismo parece generalizado.<br /><br /> ¿Qué ha ocurrido para que hayamos pasado en cuestión de unos pocos meses del progreso y la euforia a la recesión y el pesimismo?. Entiendo que el presidente del gobierno lance mensajes de tranquilidad y optimismo e incluso puedo entender que la oposición intente sacar provecho de la situación para obtener un rédito electoral. Pero yo no entiendo de economía. ¿Que ha ocurrido?. ¿Hay culpables como aseguran algunos?.<br /><br /> Algunas cosas parecen claras. El origen está en la crisis financiera norteamericana provocada por el estallido de la burbuja inmobiliara en aquel país. La crisis se extiende por todo el mundo porque los mercados financieros están plenamente globalizados. Señalan los expertos que el estallido de la burbuja inmobiliaria se debe a varios motivos; -(I) Veinte años de liberalización financiera, (II) el exceso de liquidez global generado principalmente por EE.UU., (III)la escasa regulación del sector bancario no tradicional y (IV) el sobreendeudamiento de familias y empresas. ¿Porqué el gobierno de Bush no reguló el sector financiero y generó exceso de liquidez?. ¿Porqué no evitó la quiebra en septiembre pasado de Lehman & Brothers que provocó la crisis del sistema y el pánico global?. <br /><br /> Se sostiene que los mercados financieros son incapaces de autorregularse y eso provoca crisis financieras periódicas y a mayor período de crecimiento más devastadora será la crisis que le suceda. Parece evidente que han fracasado unas teorías económicas y unas políticas concretas. <br /><br /> El modelo liberal anglosajón perderá atractivo e influencia, el estado recuperará poder en relación al mercado. Hay quien augura un relativo declive de EEUU y el auge de las potencias emergentes en la economía mundial con la salvedad de Rusia, Venezuela e Irán pues se prevee que se reduzcan los precios de la energía y las materias primas. La crisis supone una oportunidad -si se aprovecha- para la UE y el euro. <br /><br /> De todos modos, en menuda mierda nos han metido los de siempre.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-59877421102007677442009-01-25T21:03:00.005+00:002009-01-25T21:58:00.974+00:00El osario de Sedlec<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSietRtp7FU5SIq4rM2jJ5PffiXuHkPq1n3NqwdDFZcYnGZwAc6XzhDz1ZJFnkVNXqvr-z5ZAyEwnEhIoDwylSw6kCMPMn65ZWcfzfeAgCiY6RA40VTAttb0LEdvLf93e2y_MWLQ/s1600-h/svicen.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 150px; height: 229px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSietRtp7FU5SIq4rM2jJ5PffiXuHkPq1n3NqwdDFZcYnGZwAc6XzhDz1ZJFnkVNXqvr-z5ZAyEwnEhIoDwylSw6kCMPMn65ZWcfzfeAgCiY6RA40VTAttb0LEdvLf93e2y_MWLQ/s320/svicen.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5295353493967057266" /></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF8YNjb_nO0crvbui5MzV03BTmbFe7T-FP-kxtaHYY4J7i_CTz4aIXtjJZsy3LdQLAW-omC6yYfvt5ZOZrf-HYrU_3Am1pK8sG0vU2P0VZVmVN6G3gVHgbirdbL1qyvdvqlPirQA/s1600-h/girlanda.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 234px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF8YNjb_nO0crvbui5MzV03BTmbFe7T-FP-kxtaHYY4J7i_CTz4aIXtjJZsy3LdQLAW-omC6yYfvt5ZOZrf-HYrU_3Am1pK8sG0vU2P0VZVmVN6G3gVHgbirdbL1qyvdvqlPirQA/s320/girlanda.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5295353349811633618" /></a><br /><br /><br /> No recuerdo a qué amistades llevé hasta Kutná Hora pero recuerdo bien que estuve en varias ocasiones contemplando la insólita decoración de la capilla de Sedlec. De hecho prefería acompañar a mis visitantes -familiares o amigos- a la parte balnearia de Karlovy Vary, encajada entre frondosos bosques y poseedora de casas con bellísimas fachadas. Un lugar legendario que habían frecuentado compositores, literatos y políticos en su época dorada. Aunque en menor medida Kutná Hora era asimismo un lugar interesante por sus antiguas minas de plata y por sus iglesias entre las que ocupa un lugar prominente la consagrada a Santa Bárbara. No obstante para animar a mis visitantes al desplazamiento les hablaba del espectáculo sórdido y quizá único en el mundo -junto a la cripta de una iglesia de Roma- de ver una iglesia totalmente decorada de huesos humanos.<br /><br /> Había una gran lámpara formada por todos los huesos del cuerpo humano, de las bóvedas colgaban un montón de cráneos a modo de guirnaldas. El escudo de los Schwarzenberg, aristócratas y antiguos propietarios de la capilla, también había sido realizado con huesos humanos. Un cierto estupor se dibujaba en los rostros de mis acompañantes.<br /><br /> La capilla forma parte del diminuto camposanto de Sedlec que adquirió fama durante la Edad Media cuando un rey de Bohemia esparció allí un poco de tierra que había recogido en el monte del Calvario en Jerusalén. Se convirtió en un lugar preferido para ser enterrado y, en los siglos posteriores, descansaron los restos de numerosas víctimas de la peste y de las guerras hussitas. <br /><br /> En 1870 Frantisek Rint, un tallista de madera, fue encargado por los Schwarzenberg para dar un uso a los numerosos huesos que habían sido almacenados tras ser desenterrados a causa de la construcción del templo y para dar sepultura a más cuerpos. Al tal Rint se le ocurrieron obras de arte con los huesos humanos centenarios.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-88117526930623750112008-12-28T21:20:00.007+00:002009-01-17T05:11:54.679+00:00(VI y último) - CITA EN TEL AVIV (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjKrTCF4FGBiJ3y3cOkEfWN75dooM22LL_n4NLWU8Azff9QnzS7I0OG0up8uZHt4cAuLGCIy8smTTw3Vnbn9VOg_WvTSJIexEj2HHsTvwtLXWRGckd6jz16jFtyJhOWfaRAemBsg/s1600-h/Woodward.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 130px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjKrTCF4FGBiJ3y3cOkEfWN75dooM22LL_n4NLWU8Azff9QnzS7I0OG0up8uZHt4cAuLGCIy8smTTw3Vnbn9VOg_WvTSJIexEj2HHsTvwtLXWRGckd6jz16jFtyJhOWfaRAemBsg/s320/Woodward.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292123663211308450" /></a><br /><br />TEL AVIV, 2005<br /><br /> Mientras leía el informe que le habían facilitado los servicios secretos sobre la nueva embajadora francesa la ministra Livni esbozó una sonrisa. También ha seducido a nuestros agentes, pensó. Confirmaba el informe la condición de judío del abuelo materno de la embajadora sin precisar más detalles pues se trataba de un dato del que la prensa ya se había hecho eco. Era una mujer distante pero dotada de una especial empatía, sabía decir muy bien lo que sus interlocutores esperaban oir. Lo más sustancial del informe se refería a las enormes posibilidades que tenía de llegar a ministra cuando Sarkozy fuese presidente pese a ser una mujer independiente, muy cómoda en su carrera diplomática y nada predispuesta a militar en partido alguno. Los servicios secretos franceses habían facilitado a Sarkozy una información valiosa por si la brillante dama se convertía en un obstáculo algún día: podría desembararze de ella filtrando a la prensa que la mitad de su cuantiosa fortuna estaba fuera del país, en Suiza y Mónaco. Livni quedó admirada: el Mossad está al corriente de lo que cuentan los agentes franceses a su primer ministro.<br /><br /> Desde Jerusalén, el rabino Chaïm Bures-Liebermann, un hombre menudo de barba plateada en torno a los setenta años de edad, había enviado una carta a la embajadora Catherine Naudon-Librman. "He leído en la prensa que su abuelo era un Liebermann (o Librman)de Jihlava. Mi abuelo fue Avigdor Liebermann, músico y anticuario praguense, mi padre se llamaba Salomon y uno de sus hermanos, Samuel, se instaló en Jihlava. De la familia sólo sobrevivimos a la Shoah Samuel, sus hijos y yo. Lo más probable es que su abuelo fuese tío mío pues difícilmente habría otro judío con tal apellido en toda la región de la Meseta", le había escrito. Inquieto por el descubrimiento y por la falta de respuesta había llamado por teléfono semanas más tarde a la embajada. <span style="font-style:italic;">"La embajadora está al corriente de su carta y acepta gustosa recibirle",</span> le confirmó una voz femenina en perfecto hebreo. Le dio una favorable impresión de familiaridad, no dijo su excelencia, dijo simplemente la embajadora.<br /><br /> El hombre se desplazó adrede a Tel Aviv. La embajada se hallaba en un céntrico lugar cercano a la playa de Frishman. Pasó un control de seguridad que le pareció algo riguroso para un viejo rabino. Luego esperó sentado en una sala espaciosa y luminosa, decorada con numerosas antigüedades. Al lado de una gran ventana estaba dispuesta una amplia mesa de ébano, detrás una silla de piel que utilizaría la dama. Sobre la mesa el retrato de dos adoslecentes y un jarrón de cristal con flores. Al otro lado una airosa kentia con sus hojas finas y alargadas, abrillantadas. De pronto entró con decisión una mujer alta y elegante enfundada en un sobrio traje chaqueta azul oscuro. Tendría unos cincuenta, era rubia, con el pelo liso recogido por atrás. Piel de porcelana en torno a unos hermosos ojos celestes. Era más bella aún que la Livni, pensó al incorporarse para estrecharle la mano. <br /><br /> <br /> - Entonces usted es rabino... -inquirió la dama en perfecto inglés mientras sacaba un sobre del cajón de la mesa de ébano.<br /> - Así es, excelencia. Me hice en Chicago. Unos amigos de mis padres me ocultaron en Praga durante la Ocupación, evitándome una muerte segura. Tenía apenas doce años cuando nos instalamos en América. Me llamo Chaïm Bures-Liebermann. Bures en homenaje a mis padres adoptivos, Josef y Rebecca.<br /> El rabino guardó silencio cuando la dama leyó la carta que le había enviado semanas atrás. <br /> - Curiosa historia -dijo ella, dejando la carta encima de la mesa-. ¿Recuerda su infancia? Sus padres, sus abuelos, la casa...<br /> - Vagamente pero algunas cosas sí.<br /> - ¿Recuerda el nombre de la calle donde vivía su abuelo Avigdor?.<br /> - Sí, recuerdo la casa de la calle Maiselova. Mis padres vivían muy cerca, en la plaza de los Curie. Recuerdo también el gran comercio de antigüedades de la avenida Vinohradská -añadió el rabino con emoción.<br /> - Dice en su carta que Avigdor era músico...<br /> El rabino entonces se extendió sobre sus antepasados, mezclando sus propios recuerdos con lo que le habían contado sus padres adoptivos. La embajadora escuchó con atención, impertérrita, sin interrumpirle. Le parecía una pena que la mesa fuese tan grande que ocultase las piernas de ella pero se decía a sí mismo que no debía pensar en eso.<br /> - No conocí a mis abuelos maternos -confesó la dama-, lo que sé es por mi madre y mis tíos. Eran muy jóvenes cuando se instalaron en Francia ¿sabe?. Luego el régimen no les permitió regresar, ni siquiera para acudir al entierro de sus padres.<br /> La dama suspiró levemente para añadir que pudo visitar a tío Jan a principios de los ochenta. <br /> - Jan no se vino a Francia, era el mayor y decidió que al menos uno de los cuatro debía permanecer allí junto a los padres. Cuando lo visité vivía en la casa de la calle Maiselova -ella miró entonces fijamente a su interlocutor esperando alguna reacción.<br /> - Mi abuelo se había convertido al cristianismo al casarse pero no era evidente que dejase de estar en peligro por ello. Ni él ni su familia. Lo peor sería la incertidumbre- sentenció la dama.<br /> - Fueron tiempos horribles especialmente para nosotros -añadió él en voz baja.<br /> Ambos permanecieron unos segundos pensativos.<br /> - ¿Entonces cree que somos familiares? - preguntó el rabino.<br /> - A mi familia no le consta que ningún Liebermann de Praga sobreviviera a la Shoah pero celebro el error. Me alegro que usted esté aquí - le dijo la embajadora con una amable sonrisa-. Parece en efecto que su padre y mi abuelo eran hermanos.<br /> El rabino le contó más detalles de su vida. Ignoraba si ella disponía de mucho tiempo pero siguió hablando porque le parecía receptiva y muy atenta, además ahora ya sabían que les unían lazos familiares.<br /> Ella lo invitó a Francia. <br /> -Mamá estará encantada de conocerle, hoy mismo le daré la noticia. Va a tener una auténtica sorpresa- dijo.<br /> Ella le aseguró que lo llamaría cuando viajase a Jerusalén y le pidió que pasara a verla siempre que viniese a Tel Aviv.<br /> - Me quedan unos cuatro años aquí pero nunca se sabe...<br /> Finalmente la dama le comentó que las propiedades familiares de Praga y de Plandry las habían heredado su madre y sus tíos tras la caída del régimen comunista. Insistió en que desconocían que pudiese vivir otro descendiente.<br /> El rabino entendió que debía tranquilizarla.<br /> - Soy viejo y estoy solo. Enviudé hace poco y mi único hijo dió su vida por Israel. Ahora no conservo mayor ambición que la de servir a mi comunidad en espera de la llamada de Hashem.<br /> La dama se alzó y despidió al hombrecito con un beso en la mejilla.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-6884598632230411372008-12-10T18:18:00.005+00:002008-12-28T00:13:40.909+00:00(V) - HELENA NAUDON (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyBrzhJI3O2KBOuR5-F2CYtyb494ZjUEtNxL-Cs9URkAnSBtEikMkUs6uK7gvu0eUPtm6DQK9QXQ24GEEudNLGUgpI8frvKuJtzao8tVYa6p_hOlgCRadRHKVemEDYk8Yzg_RFCw/s1600-h/Helena+Librman.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 232px; height: 319px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyBrzhJI3O2KBOuR5-F2CYtyb494ZjUEtNxL-Cs9URkAnSBtEikMkUs6uK7gvu0eUPtm6DQK9QXQ24GEEudNLGUgpI8frvKuJtzao8tVYa6p_hOlgCRadRHKVemEDYk8Yzg_RFCw/s320/Helena+Librman.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5284626609194203042" /></a><br /> <span style="font-style:italic;">"Ser joven es poseer toda la belleza del mundo".</span> (JAROSLAV SEIFERT)<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Grenoble (FRANCIA) - 1950</span><br /><br /> Se presentó a la cita con un ramo de flores y una cajita de bombones.<br /> -No sabía si traerte una cosa o la otra -dijo él sonriendo antes de estamparle un beso en la mejilla.<br /> Había reparado en ella por primera vez a través del cristal de la perfumería de la céntrica rue Hébert. Luego pasó con frecuencia por allí para detenerse unos minutos aunque le incomodaba mucho que algún conocido le sorprendiera mirando un escaparate repleto de productos de belleza para mujeres. Un día se decidió a entrar con la excusa de comprar un regalo para su madre. Finalmente un atardecer se atrevió a esperarla junto al portal a la hora del cierre y ella se alegró secretamente que diera ese último paso.<br /><br /> Hablaba francés con un marcado acento extraño. Le parecía graciosa su forma de pronunciar la e. Sentados en una cafetería, deseaba saberlo todo sobre ella.<br /> - Vivo aquí con dos de mis hermanos. Llegamos hace unos seis años desde Checoslovaquia, huyendo de la guerra -dijo ella casi susurrando.<br /> - Mis abuelos paternos eran judíos y mis padres consideraron que debíamos trasladarnos a un lugar más seguro -añadió haciendo una inflexión con la voz.<br /> - ¿Ellos permanecieron allí? -preguntó él.<br /> - Sí, junto a mi hermano Jan. Durante el último año de Ocupación se escondieron en casas de familiares. <br /> - ¿No regresarás allí con ellos? -inquirió él.<br /> - No. Ahora hay un régimen comunista y mi padre nos ha recomendado que permanezcamos aquí esperando tiempos mejores. <br /> - Pero es difícil vivir tan lejos de ellos y de tu propio país -concluyó Helena con indisimulada tristeza.<br /> Pospuso para otro día contarle la odisea del viaje hasta Francia y él estuvo de acuerdo. <br /><br /> Se vieron todos los días a menudo en la misma cafetería. El estaba convencido de haber encontrado la mujercita que había soñado: sencilla, bella e inocente. Ella recobraba poco a poco la felicidad de su pasado en la aldea checa.<br /><br /> Durante el almuerzo navideño en la casa de los padres de él anunciaron su compromiso de boda. No era la clase de mujer que el señor Naudon había recomendado más de una vez a su único hijo pero semanas atrás había dejado de oponerse. Lo importante era el negocio familiar y se había percatado de que Jacques parecía al fin decidido a asumir nuevas iniciativas. <br /> - Nuestro hijo nos presenta como futura esposa a una inmigrante sin estudios, sin religión, sin familia, sin trabajo, y a ti te parece bien -le reprochó la señora Naudon una vez los jóvenes habían abandonado la casa. <br /> Durante el almuerzo se había mostrado seria, se había contenido para no resultar desagradable.<br /> - Como si nos hubiese presentado a nuestra nueva empleada de hogar -añadió furiosa.<br /> A él le sorprendió el tono de los reproches de su esposa aunque no le eran desconocidos. Le recordaron los primeros años de su propio matrimonio. Ella había aportado una buena dote, él poco más que promesas. Sólo cuando amasó una considerable fortuna convirtiéndose en uno de los mayores constructores del departamento su esposa dejó de reprocharle nada.<br /> - Es tu error si pensabas que ibas a elegir por él -señaló aparentando tranquilidad. <br /> Ella alzó la voz.<br /> - Jacques no se da cuenta de lo que hace...<br /> - Ya no es un niño -interrumpió él, sentado en un sofá del salón con el periódico cerrado entre las manos.<br /> - Como otros jóvenes se ha encaprichado de alguien y eso no puede durar. Otra cosa es elegir para un proyecto de vida pero para eso se necesita madurez y él no la tiene. ¿Porqué no te das cuenta, Díos mío?. <br /> La señora Naudon se alzó del sofá y se encerró en su habitación.<br /> El permaneció pensativo, dándole vueltas al proyecto de Jacques de establecer una sucursal de la constructora más al sur, en la Costa Azul. Algo que él había contemplado tiempo atrás pero que había pospuesto para no contrariar a su mujer y porque, en el fondo, los cambios le asustaban. Había llegado al éxito sin riesgos, con orden y rutina, actuando como un simple empleado de una compañía de seguros. Era escéptico respecto a las decisiones de su hijo pero entendía que debía darle apoyo y mostrarle confianza.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-27455721456159309842008-12-05T20:41:00.005+00:002008-12-05T22:44:48.321+00:00(IV) - SAMUEL, EL HIJO EXTRAVIADO (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYBNxVJXzZ3QiUE6TO91Pyb2s04QBSq76wHCq5NTyVa2gfcfAK-VKOssbunYtljyYe6BOL9cYz0GkR8FYbIuQ9Xv0JqOYWOeg_YzpmlvGV3Yo4fcr3e5SrTdmL2wndzoZMCne-nA/s1600-h/historicky-autobus-skoda-706-nd.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 317px; height: 231px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYBNxVJXzZ3QiUE6TO91Pyb2s04QBSq76wHCq5NTyVa2gfcfAK-VKOssbunYtljyYe6BOL9cYz0GkR8FYbIuQ9Xv0JqOYWOeg_YzpmlvGV3Yo4fcr3e5SrTdmL2wndzoZMCne-nA/s320/historicky-autobus-skoda-706-nd.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5276440316939015906" /></a><br /><br /><span style="font-weight:bold;">JIHLAVA (CHECOSLOVAQUIA) - 1944 </span><br /><br /> La esposa y los hijos de Samuel Librman (había modificado al checo su apellido alemán) no conocían a nadie de la familia paterna ni habían visitado nunca Praga. Sólo muy raramente Samuel había hecho referencia a su infancia y juventud.<br /> <br /> -"Yo era el menor y no me parecía a ninguno de mis tres hermanos, regordetes, de ojos oscuros y venenosos como las bayas de la hierba mora" -les había contado alguna vez a sus hijos cuando eran pequeños, como iniciando un cuento infantil. <br /> La madre protestaba. Pasaba por alto que sus suegros hubiesen rechazado conocerla debido a su condición de gentil porque era tanta la felicidad que le proporcionaban Samuel y sus hijos que no cabía en ella ningún sentimiento de rencor. Pero era cierto que Samuel fue distinto en lo físico -era delgado, con cabello lacio color de lino y ojos azulados- y además en temperamento pues era independiente y pendenciero a diferencia de sus hermanos, siempre tranquilos y obedientes. Avigdor y Jana Liebermann vieron con incredulidad a <span style="font-style:italic;">ese niño distinto que crecía,</span> pero estaban tan ocupados y les parecía tan gracioso que le consintieron mucho más que a los demás. Cuando Avigdor se preocupó y quiso reaccionar ya resultó tarde: los tres varones fueron movilizados. Samuel tuvo un destino apacible pero algo alejado, en la meseta entre Bohemia y Moravia, donde se dedicó a cortejar a las muchachas.<br /><br /> Una joven de la aldea de Plandry quedó prendada de Samuel. En sus horas libres él abandonaba el cuartel, seguía el curso del Jihlava, atravesaba un pequeño bosque y en apenas media hora alcanzaba la aldea. Le gustaba estar a su lado por su eterna sonrisa y su frescura, por su largo cabello dorado y alborotado, y por su vestido de seda de color de alhucema. Terminada la tragedia bélica, él adoptó el cristianismo y la esposó. Apenas tenían veinte años.<br /> - ¿Porqué te casaste? -le preguntó en alguna ocasión su hija Helena.<br /> - Porque me enamoré.<br /> - ¿Porqué la gente se enamora?. <br /> - Porque es viernes u otro día cualquiera, porque hace frío o calor, porque sueñas o permaneces alerta, porque lo deseas o no... Es algo que simplemente ocurre. <br /><br /> Los pocos vecinos de la aldea tenían lazos familiares entre sí y solían ayudarse mutuamente. Las casas eran espaciosas, de dos plantas, con un amplio jardín utilizado como huerto. Los hombres se ocupaban de los campos de cereales y, en su momento, de la caza del venado; las mujeres de los animales de corral y del huerto. Muy pronto en Jihlava requirieron obreros para trabajar en las fábricas y Samuel junto a la mayoría de hombres de Plandry adoptó un nuevo empleo. Samuel y Zófie, entre 1921 y 1925, tuvieron cuatro hijos: Jan, Petr, Pavel y Helena. <br /><br /> Años más tarde la guerra de nuevo se extendió por Europa como un brote de lepra. Ellos eran cristianos si bien Samuel era converso, condición ésta apenas conocida en el reducido entorno familiar. Era muy querido en Plandry y por los compañeros de trabajo, en la ciudad. Pero las noticias que llegaban a diario resultaban cada vez más inquietantes, afectando no sólo a judíos sino a cualquiera emparentado con alguno de ellos. Durante el verano de 1944 se comentó mucho en Jihlava la detención y deportación de Jára Pospísil, el célebre tenor nacido en la ciudad. Entonces pensó Samuel que había llegado el momento de llevar a cabo el plan que había ido tejiendo en su cabeza durante los últimos años y que había ido aplazando una y otra vez. Debía poner a salvo a sus hijos.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-52264297063109553952008-11-30T14:23:00.003+00:002008-11-30T17:50:42.343+00:00(III) - CHAIM NO SERÁ HANS (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFv-M8RShyz93LncL9bAAw68VG1NIOY-t2AmnHcwyvSh_TXrTxd72GGDwIGAeyy1cVZhufGBqc-x055sw6R2IhIgXbyR6ePS4wHR75LpHvV62mNu-WQ2PXgP2BQbqfKBlZ9CFLLQ/s1600-h/The+Two+of+Us+candles.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 166px; height: 174px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFv-M8RShyz93LncL9bAAw68VG1NIOY-t2AmnHcwyvSh_TXrTxd72GGDwIGAeyy1cVZhufGBqc-x055sw6R2IhIgXbyR6ePS4wHR75LpHvV62mNu-WQ2PXgP2BQbqfKBlZ9CFLLQ/s320/The+Two+of+Us+candles.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5274456320651914466" /></a><br /><br /><span style="font-style:italic;">"El mundo existe únicamente gracias al aliento de un niño".</span> (TALMUD)<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Balneario de Letiny (BLOVICE), 1942</span><br /><br /> Al filo de las ocho de la mañana el señor Resl entró en el despacho del doctor Bures. Esperó en vano unos veinte minutos. Luego indicó en recepción que cuando llegara lo dirigieran de inmediato a su despacho.<br /> A media mañana el doctor abrió la puerta pintada de blanco con el rótulo plateado de <span style="font-style:italic;">generální reditelství</span>. El rostro del propietario le pareció más ajado y más lívido que nunca. Al día siguiente era la cita de Bures en el barrio judío de Praga para recoger al nieto menor de los Liebermann.<br /> - ¿Está todo bien previsto, doctor? - preguntó nerviosamente, sin saludarle.<br /> - Sí. Mañana al mediodía en la calle Maiselova. Liebermann me confirmó por telegrama. <br /> - Encontrará controles en las carreteras -advirtió Resl.<br /> - Tranquilícese, llevo días preparándolo todo. Tengo mis documentos. Un médico que lleva a un niño enfermo al balneario que dirije no tiene nada de especial. Ahora nos conviene a todos dominar nuestros nervios -añadió el doctor aparentando tranquilidad.<br /> - El niño viajará dormido en el asiento trasero. Si se empeñan en despertarlo habla alemán y en su documentación figurará Hans en lugar de Chaim.<br /> El señor Resl se mostró más tranquilo.<br /> - Les esperaremos en casa. Elke ha preparado la habitación. Sabemos que será muy duro para todos. No podrá salir de la casa pero nos turnaremos, lo educaremos. Luego Dios dirá. <br /> - Ah, mi esposa me recuerda si debe usted llevar alguna medicación para el asma del niño. Hay que prever todos los detalles -apuntó Resl.<br /> El doctor lo miró extrañado.<br /> - ¿Qué asma? Es una leve alergia lo que padece, como tantos otros niños.<br /> El rostro blanquecino de Resl adquirió súbitamente un color rosado.<br /> - Vaya, me temo que metí la pata... -sonrió tímidamente-. Elke quedó muy extrañada <br />cuando le hablé del asma que sufre la mayoría de niños de este país...<br /> Ambos se rieron. Era también una forma de combatir el nerviosismo.<br /><br /> De camino a Praga, instalado en su <span style="font-style:italic;">Tatra 97,</span> el doctor tuvo tiempo para una larga reflexión. Resl, ese hombre instruído, sensato, entregado en cuerpo y alma al negocio que heredó de sus antepasados ¿podía realmente ser tan ingenuo?. ¿Pensaba de verdad que alguien podía entrar en el ghetto y llevarse tranquilamente a un niño judío?. ¿No se daba cuenta del sentido de las deportaciones a Terezín?. También era cierto -pensó- que si ignoraba lo que ocurría en su propia casa cuando permanecía en el trabajo ¿cómo iba a saber lo que sucedía más allá de los baños?. Respecto a Elke Resl sólo albergaba dudas, pero en el mejor de los casos, si no era bien consciente de lo que suponía ocultar a un niño judío, iba a ahorrarle serios problemas, se dijo a sí mismo.<br /><br /> Pasó algunos controles de carretera pero los soldados no percibieron irregularidad en sus papeles. En Praga se dirigió al muelle de Na Frantisku, aparcó junto a una puerta trasera del viejo hospital. Anunció su llegada en la recepción y regresó al <span style="font-style:italic;">Tatra 97.</span> A los pocos minutos apareció su colega la doctora Vagnerová con el niño envuelto en una manta. Lo colocaron con cuidado en la parte trasera del auto.<br /> - Despertará en un par de horas -susurró de un aliento la doctora antes de desaparecer por la misma puerta. <br /> El doctor Bures enfiló por el muelle en dirección contraria a la del ghetto, hacia el norte de la ciudad. Llegó a una zona de grandes casas con jardín, más allá empezaba el campo. Se detuvo ante una casa de la calle Svetská. Una mujer joven de pelo trigueño abrió la puerta metálica del jardín. Entraron el auto, luego al niño dormido en la casa. El doctor besó a la mujer. Se llamaba Rebecca y Chaim seguiría llamándose Chaim. <br /> <br /> El doctor decidió pasar los primeros meses en la casa junto a Rebecca y Chaim. No resultó fácil. Chaim tenía sólo seis años, lloraba, pataleaba con frecuencia. Deseaba regresar con sus padres, preguntaba por sus abuelos. Aprendieron a inventarse muchos recursos para mantenerlo entretenido, se estimularon mutuamente las virtudes de la paciencia y la perseverancia. Se ejercitaron, enfin, en las mentiras piadosas que facilitaba la propia incertidumbre por el futuro. <br /><br /> Supieron a ciencia cierta que los familiares de Chaim fueron deportados a Terezín aquel verano de 1942. <br /><br /> Les llegaron también noticias de Letiny adonde obviamente el doctor Bures no había regresado. Elke Resl era la nueva propietaria del Balneario. Los sábados al atardecer se organizaban veladas en el jardín para la oficialidad de la gran base de Pilsen. Corrían la cerveza y el champán. Antes, eso sí, los empleados habían limpiado los restos de sangre del cuerpo del señor Resl que permanecieron unos días junto al cenador en el que Chaim solía leer la Torah sentado junto a su abuelo. El amante de la señora Resl, oficial de la Gestapo, disparó por la espalda al hombre, exactamente un día después de la hora esperada de llegada del doctor Bures con el niño judío.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-11962039379979017022008-11-29T15:58:00.005+00:002008-11-29T18:40:31.195+00:00II - EL PEQUEÑO CHAIM (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvZgQCqGS5C90mPx13XNEyIx8PDyMrHeKAD7CruJpyFKK2dwcbLH8VADMsTaIfG8QAyqYI6fKC0TPEKncTkG3vFbKs1gnFLtHeIuTWZ_llMn9ZWYDjPERX2bgsJNRenAg_ohiEaQ/s1600-h/letiny.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 235px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvZgQCqGS5C90mPx13XNEyIx8PDyMrHeKAD7CruJpyFKK2dwcbLH8VADMsTaIfG8QAyqYI6fKC0TPEKncTkG3vFbKs1gnFLtHeIuTWZ_llMn9ZWYDjPERX2bgsJNRenAg_ohiEaQ/s320/letiny.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5274110264583602162" /></a><br /><br /><span style="font-style:italic;">"Quien salva una vida, salva al mundo entero"</span> (Talmud)<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Balneario de Letiny (BLOVICE), 1942</span><br /><br /> A través del cristal de la puerta de su despacho el doctor Bures columbró una cabeza erguida que desfilaba por el amplio corredor del balneario. Abrió el cajón de su mesa para tomar una carta y se precipitó hacia la puerta. Era en efecto el señor Resl, propietario de Letiny.<br /> - Es del señor Liebermann -dijo blandiendo el sobre blanco, encaminándose hacia la figura alargada e inmóvil del pasillo-. Llegó en el correo de ayer y la reservé para entregársela personalmente. Podría tratarse de algo importante. No corren buenos tiempos para nuestros clientes judíos -añadió.<br /> Resl se limitó a darle las gracias para guarecerse a continuación en su despacho. El aire fresco y suave de la campiña penetraba por las ventanas del corredor.<br /><br /> De anochecida, en su casa de Blovice, Resl preguntó a su mujer si recordaba al nieto de los Liebermann. <br /> - ¿El niño de los ojos vivaces que se sentaba junto al abuelo en el cenador del jardín de Letiny para leer la Torah?.<br /> El hombre asintió con la cabeza.<br /> - El señor Liebermann me escribe que el problema de asma de Chaim se ha agudizado esta primavera. Si podría pasar una temporada en Letiny. <br /> - ¿El niño solo?<br /> - Supongo que no puede ser muy claro en su carta. De hecho me ha confirmado Bures que su problema era leve, un caso de asma como el que sufre la mayoría de niños de nuestro país. Interpreto que nos pide si podemos ocultar al niño.<br /> Permanecieron pensativos. Tendrían unos sesenta años. El era alto y delgado, el escaso pelo plateado peinado hacia atrás. Ella era una mujer rubia, de agradable aspecto, que se aburría en casa. Pertenecían a la minoría alemana.<br /> - Un niño con tirabuzones de nombre Chaim correteando por el parque un fin de semana con el balneario infestado de jerifaltes nazis... -observó el señor Resl.<br /> - ¿Por qué nos piden algo así a nosotros? -se preguntó ella.<br /><br /> La respuesta la sabían, la obtendrían ellos mismos, poco a poco, y disponían de algún tiempo para la reflexión. Los Resl eran alemanes y muy conservadores pero habían rechazado la invasión del país. Recordaban muy bien como el esplendor de principios de siglo había traído prosperidad al negocio familiar y luego la Gran Guerra la desolación. Regresaron los tiempos dorados en los años veinte y treinta, las estancias de célebres escritores como Alois Jirásek le dieron renombre, judíos de Pilsen y de Praga eran fieles clientes. Liebermann repartía entre sus amistades el pequeño catálogo gris que enumeraba los beneficios de sus aguas termales. Eran conscientes de que la nueva situación bélica ya había empezado a perjudicarles. Por otra parte se acordaban del pequeño Chaim y, a través de él, del hijo que perdieron. <br />¿Qué podían perder ahora salvo su soledad?. ¿Su propia vida?. ¿Tanto tiempo les quedaba?. Bah, si el tiempo también es un Hitler que lo destruye todo.<br /><br /> Días más tarde Resl enfiló el corredor hacia el despacho del director médico. A través del cristal de la ventana vio una sombra oscura y redondeada detrás de la mesa ojeando algún expediente. <br /> - Discúlpeme - dijo tomando asiento al otro lado de la mesa.<br /> - Siempre he confiado en usted, Bures. Elke y yo hemos estado reflexionando sobre el niño judío. Ya le comenté el caso y ahora mi mujer está muy decidida.<br /> El doctor Bures asintió, se inclinó a su derecha para abrir el cajón y sacó una carta.<br /> - La tenía preparada -sonrió-. No hay mucho tiempo que perder, más después de lo ocurrido con el <span style="font-style:italic;">obergruppenführer.</span> Cito al señor Liebermann para que me entregue a Chaim en la calle Maiselova de Praga. Todo irá bien.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-46306484998170600922008-11-27T20:35:00.004+00:002008-11-27T23:46:50.568+00:00(I) - EL VIOLINISTA (ficción)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV69SEkbVeChNO3t_AEJeYqzL1KwvDudovscIaUJBbLBrW2Tytj0jeLLKE_mZTSul53GF2cwgUox_J77Xkb9jgtjt0pveVCBOdu8JiwszPWwabwVfrJVM5VuQo6u5up_6eHW6h9w/s1600-h/DasKraftQuartett.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 189px; height: 303px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV69SEkbVeChNO3t_AEJeYqzL1KwvDudovscIaUJBbLBrW2Tytj0jeLLKE_mZTSul53GF2cwgUox_J77Xkb9jgtjt0pveVCBOdu8JiwszPWwabwVfrJVM5VuQo6u5up_6eHW6h9w/s320/DasKraftQuartett.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5273439373886813106" /></a><br /><br /><span style="font-style:italic;">"El ángel de Hashem acampa alrededor de los que le temen y los defiende".</span> (Menajot 43b)<br /><br /><span style="font-weight:bold;">PRAGA, 1938</span><br /><br /> El señor Liebermann se excusó ante sus compañeros de cuarteto dando por finalizado el ensayo. Colocó con delicadeza su violín en el estuche y salió en dirección al puente de Carlos. Enfundado en un abrigo negro, con la cabeza cubierta por un sombrero de fieltro también negro, era una sombra solitaria que aceleraba sobre la nieve, jalonada por las oscuras estatuas del puente, familiares y ajenas a la vez.<br /><br /> En el amplio apartamento, con vistas sobre el viejo cementerio donde reposaba el <span style="font-style:italic;">rabbi</span> Löw, aguardaban su esposa Jana y tres de sus cuatro hijos. Los dos varones conversaban en el salón sobre las terribles leyes de Nuremberg junto a una bella estufa de mayólica. Cuando llegó, la esposa y su hija Hanna empezaron a servir la cena. Una majestuosa menorah dorada se alzaba en el mueble principal del comedor.<br /><br /> Como solía suceder cada año, tras la estancia de los padres en el balneario de Letiny, reunían en la casa a sus hijos Ariel y Salomon. Hanna permanecía soltera y convivía con ellos. Ese día todos esperaban con curiosidad noticias sobre Samuel, el hijo menor, quién deciocho años atrás había esposado a una gentil y el padre, devoto de la Torá, había desheredado. Vivía en algún lugar de la Meseta y sólo obtenían noticias sobre él en el balneario. Se las proporcionaba una vieja farmacéutica de Jihlava, la señora Destínová, que acudía cada noviembre a Letiny a reponerse de su asma y otros males. <br /><br /> - La señora Destínová está muy delicada -afirmó con cierta solemnidad el señor Liebermann-. Después de cenar haremos unos <span style="font-style:italic;">tefilot</span> para su <span style="font-style:italic;">refuah chelemah.</span> <br /> - <span style="font-style:italic;">Emma bat Rebecca-</span> añadió la madre anticipándose a Ariel que se había apresurado a sacar de su bolsillo un pedacito de papel y una pluma para escribir los nombres de pila de la enferma y la madre de ésta. Había que citar los nombres varios días, hasta su restablecimiento.<br /> - Podéis leer el <span style="font-style:italic;">tehilim veinte</span>- sugirió el padre con voz muy suave.<br /><br /> Tras unos minutos Salomon rompió el silencio.<br /> - ¿Y Samuel?.<br /> El padre se acomodó las gafas y movió los labios hacia la punta de la nariz.<br /> - Sigue bien. Sus cuatro hijos ya son adolescentes. <br /> - La menor, la niña, tendrá trece años -corrigió la madre-. Dijo la señora Destinová que es muy hermosa, con el pelo dorado y los ojos azules.<br /> Se le nubló la vista.<br /> - Me gustaría al menos conocerlos -balbuceó-. Ir a esa aldea, Plandry, o escribirles, no sé. Sea como sea suplico a diario al Misericordioso para que les provea cada día en sus necesidades.<br /> - Al parecer nadie sabe allí que es judío -afirmó el padre a modo de reproche, clavando la mirada a sus dos hijos varones-. Oculta sus orígenes, su identidad, su pertenencia al pueblo elegido. Como si su vida hubiese empezado cuando conoció a esa gentil.<br /> - Padre, no debéis preocuparos. Nos habéis transmitido unos valores eternos que a su vez transmitimos a nuestros hijos y que recibísteis de vuestros antepasados. Sólo Hashem sabe porque Samuel se ha extraviado -añadió Ariel.<br /> - Siempre se lo digo a vuestra madre. Hashem nos proporciona salud, un negocio próspero que nos ha permitido criaros y educaros. A muchos otros, y somos más de cien mil judíos en Praga, no les da tanto o incluso muy poco. Y cuántos perdieron a sus hijos en la guerra. Puedo aceptar que me diera un hijo rebelde, sólo El sabe la razón y no podemos pretenderlo todo -sentenció el padre.<br /> <br /> Tras la cena oraron por la señora Destinová. El padre leyó el <span style="font-style:italic;">tehilim veinte</span> y concluyó con un <span style="font-style:italic;">amen ken yehi ratson.</span> <br /><br /> Sentados los hombres en el salón junto a la estufa de mayólica Salomon se refirió a los tiempos inciertos que se avecinaban y que eran conversación habitual en los cafés praguenses.<br /> - Desde hace tres años los judíos alemanes son ciudadanos de segunda clase. No sabemos lo que puede suceder aquí. Mi esposa y yo pensamos en Haïm que sólo tiene tres años. Está incluso dispuesta a irse a América si la situación degenera.<br /> El padre protestó.<br /> - Con los <span style="font-style:italic;">tefilín</span> anudamos nuestra mano izquierda con Hashem mostrando que tenemos total fe y confianza en El. Ponemos nuestro destino en sus manos, entregándonos a su voluntad.<br /> Acto seguido repitió alzando ligeramente la voz.<br /> - Nuestro destino está en sus manos.<br /><br /><br /><span style="font-weight:bold;">PRAGA, 1942</span><br /><br /> Tras tres años de terror y de terribles limitaciones Avigdor Liebermann, anticuario, violinista y hombre de profunda fe, su esposa Jana, su hija Hanna, sus hijos Ariel y Salomon, sus nueras Ilana y Leah y sus nietos Alon y Gal fueron deportados a Terezín y posteriormente a Auschwitz. Murieron en ese siniestro lugar <span style="font-style:italic;">"donde no se podía tocar el violín. Allí se rompían las cuerdas de todos los violines del mundo".</span><br /><br /> Haïm, de seis años, hijo de Salomon, fue confiado al doctor Bures director del Balneario de Letiny, cerca de Pilsen, meses antes de la deportación. También evitaron la deportación Samuel, el hijo extraviado, y sus cuatro hijos.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-81284555747010909182008-11-16T17:35:00.005+00:002008-11-20T20:09:19.514+00:00Un hijo en el Vaticano<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3cYJ_cxw0Wd1kP0y4W2HaVuWjJb-6YhKPLqx6jQDPttNxmwU10X9P-dc4WYd4TKULIcaxRJ_EobTA9pFqJUfpXz5kz5DTT0wMIbY4chImEQWOHlR6tnbpLwVMBtVJoFFRBXs38g/s1600-h/34727.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3cYJ_cxw0Wd1kP0y4W2HaVuWjJb-6YhKPLqx6jQDPttNxmwU10X9P-dc4WYd4TKULIcaxRJ_EobTA9pFqJUfpXz5kz5DTT0wMIbY4chImEQWOHlR6tnbpLwVMBtVJoFFRBXs38g/s320/34727.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5270832597394215170" /></a><br /><span style="font-style:italic;">"Lo importante no es lo que uno cree sino las razones y las circunstancias que le hacen creerlo" (José Manuel RODRÍGUEZ DELGADO)</span><br /><br /> Semanas atrás me invitaron a almorzar en su casa. Siempre me ha despertado una cierta curiosidad descubrir los objetos, las plantas y los animales domésticos con los que otros han decidido convivir. Especialmente cuando presiento que me encontraré con objetos antiguos o exóticos. Viejos recuerdos familiares, lienzos, alfombras, porcelanas...Mis anfitriones son ya mayores y ella está últimamente preocupada por la salud de él. No sufre ningún dolor pero cuando anda da la impresión de que va a caerse. El origen está al parecer en un pequeño accidente vascular. Admiro a esta mujer desde que supe que él enviudó prematuramente, quedándose con bastantes hijos aún pequeños, y ella asumió el papel delicado de nueva esposa y madre. <br /><br /> Alguna vez me hablaron del hijo monje, el mayor. Siempre me ha intrigado que alguien pueda renunciar a los <span style="font-style:italic;">placeres de la carne</span> por unas creencias cuyo origen se pierde en la nebulosa de los tiempos y que implica un permanente conflicto con la razón. Ellos no parecen mojigatos, transmiten una cierta bondad, es todo. Recuerdo que en cierta ocasión él me habló con esa complicidad que suelen utilizar los hombres con otros hombres hablando sobre mujeres. <br /><br /> La casa, sin lujos, resulta acogedora. Me llama la atención el largo pasadizo que une el salón que da a la calle con el comedor, repleto de objetos, retratos y cuadros. A continuación una espaciosa cocina y unas escaleras que descienden a un jardín abandonado. Observando retratos en el comedor veo al hijo monje, inconfundible con su espesísima barba. A continuación aparece una joven en actitud mucho más distendida. "Es la bailarina de la familia", me dijo la anfitriona.<br /><br /> Durante la sobremesa en el salón mi anfitrión se hunde en el cómodo sofá, enciende un habano y se sirve un coñac que no es de una marca cualquiera. Es un buen conversador. Le pregunto por el hijo monje y la respuesta es muy jugosa. Cuando el hijo le confesó su deseo de entrar en una orden religiosa el padre le propuso "conocer la vida". Se irían unas semanas a París, fiestas, buenos restaurantes y por supuesto bellas mujeres. El hijo declinó el ofrecimiento, el padre entonces aceptó su decisión y se olvidó de París. <br /><br /> Sostenía Bertrand Russell que "la mayoría cree en Dios porque les han enseñado a creer desde su infancia". Parece evidente y de hecho lo han confirmado muchos otros pensadores después de la célebre conferencia de 1927 de Russell. Este no parecía el caso y yo quería buscar una respuesta. Entonces recordé que Simone de Beauvoir sostenía que hay casos en que a uno se le desmorona el mundo por diversas circunstancias, como una crisis existencial, y que en estas situaciones la fe aparece como un refugio, una tabla de salvación. La pérdida de la madre en la pubertad es una tremenda tragedia. La influencia de los curas del colegio y un ambiente que no era contrario a la religión harían el resto. <br /><br /> Pocos días después me contó alguien que los conoce bien que mi anfitrión era hijo de la alta burguesía industrial de la ciudad. Se permitió muchos caprichos y dilapidó la herencia. El hijo reside en Roma y no es un monje cualquiera. Estuvo en la sala Clementina velando el cuerpo inerte de Karol Wojtyla y participó en la liturgia de su funeral.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-33613147.post-59359120324773152762008-11-10T21:18:00.005+00:002008-11-10T23:18:21.275+00:00El caso Horáková<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgflkF28WbxVLY4Ae4jM0-xWKAg2f8JmUUAIfOEU9292Oqa1JmS5CLaC2X9Y0APfx9rHJr_-ilcJh9bI50HU0rpvJRoXSsM3cNgMG4KKIyGav4Ys6UJp1p1uE21w_xqZLADzpixFQ/s1600-h/brozova_polednova.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 213px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgflkF28WbxVLY4Ae4jM0-xWKAg2f8JmUUAIfOEU9292Oqa1JmS5CLaC2X9Y0APfx9rHJr_-ilcJh9bI50HU0rpvJRoXSsM3cNgMG4KKIyGav4Ys6UJp1p1uE21w_xqZLADzpixFQ/s320/brozova_polednova.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5267169499264525026" /></a><br /><span style="font-style:italic;">"Váyanse a los prados y a los bosques, allí, en el perfume de las flores encontrarán una parte de mí, váyanse a los campos, miren lo hermoso y estaremos juntos. Miren a la gente que les rodea pues en cada una de las personas voy a reflejarme en algo. No estoy insegura ni desesperada, estoy muy tranquila porque mi conciencia así lo está" (Milada Horáková)</span><br /><br /> Recuerdo la gran avenida que separaba el estadio del Sparta del parque de Letná. Había acudido algunos domingos por la mañana al mercadillo que tenía lugar bajo las tribunas al que solían ir ucranios y vietnamitas. Era muy lúgubre. También alguna vez había cruzado el parque hasta el mirador donde había estado colocado el monumento a Stalin, más tarde retirado. Había en su lugar un feo metrónomo. Como había ocurrido con tantas calles la avenida había perdido su nombre para pasar a denominarse calle de Milada Horáková. <br /><br /> Tiempo después supe que el nombre correspondía al de la única mujer ejecutada por el régimen comunista, acusada de espionaje y alta traición. Milada Horáková era miembro de la dirección del Partido Socialista (democrático) y diputada, no ocultaba su rechazo al comunismo y mantenía contactos con compañeros de partido que habían optado por ejercer la oposición en el exilio. No hubo ninguna traición, simplemente los soviéticos querían lanzar una seria advertencia a la oposición, como habían hecho en Hungría con László Rajk. La sentencia había sido decidida con anterioridad al juicio.<br /><br /> Recuerdo unas imágenes muy impactantes, de archivo, en blanco y negro, de la televisión checa. Una mujer de aspecto frágil defendiéndose con honor durante un juicio, y las voces severas, casi inhumanas, de los acusadores. La mayoría eran obreros que habían realizado un curso de derecho de sólo seis meses. Fue ahorcada en junio de 1950 en la cárcel de Pankrác. <br /><br /> Este otoño, cincuenta y ocho años después de la ejecución, la democracia checa ha ajustado algunas cuentas con el pasado. El Tribunal Supremo ha condenado a la fiscal del caso, Ludmila Brozová-Polednová (foto), la única que sobrevive, a sus 86 años de edad. Por motivos de salud no cumplirá la pena de seis años de cárcel, impuesta por el más alto tribunal anulando una sentencia anterior que consideraba que el delito había expirado. El presidente Klaus rechazó amnistiarla. <br /><br /> <span style="font-style:italic;">"Quizá si me lo hubieran permitido nunca hubiera estado en la posición de fiscal. Si me hubieran dejado hablar con ella quizá hubiera tenido una opinión distinta",</span> declaró la anciana acusada. El tribunal considera que fue plenamente consciente de que el juicio no se realizó de forma justa. <span style="font-style:italic;">"¿No ven que me da lo mismo morirme en medio año en la cárcel o fuera de ella?"</span> sentenció.El Castorhttp://www.blogger.com/profile/02773384758470495314noreply@blogger.com7