La acción nos libera
Se me avecina una semana de trabajo tremenda. Hoy debo visitar unos lugares y aprovecho de paso para combatir la ansiedad yendo de compras a unos grandes almacenes. Castellón es una ciudad luminosa, provinciana, de gente amable. Subo a una montaña pelada donde, siglos atrás, unos monjes se aislaron del mundo. Iglesia sin interés. Un monje ausente me dice que permanecen unos diez más los novicios que van variando. -¿Van y vienen? Alza la mirada entre sorprendido y resignado ante mi ignorancia sobre el noviciado.
Paso unas horas en los grandes almacenes entre señoras burguesas y parejas con niños. Omnipresentes niños. Subiendo por la escalera mecánica conversación banal entre dos damas. Una le cuenta a la otra que le va a dar a su hijo no sé cuantos millones. La amiga me mira de soslayo buscando algún signo de admiración en mi rostro. Me gusta alguna camisa pero se aproxima a los cien euros, algunos pantalones pero los superan de largo. Doy más vueltas, compro algo porque no sé irme de vacío ante tantas tentaciones. Decido emprender el regreso y detenerme para cenar a mitad de camino.
Son las nueve pasadas y el restaurante parece vacío, me digo si no será tarde para cenar como si estuviera todavía en Centroeuropa. Pregunto tímidamente si se puede cenar algo, otra vez como si estuviera en Centroeuropa. Una barbie rumana me responde que si tengo hambre sí. ¿No hay espacio para fumadores?. -Si vas a comer ¿para qué vas a fumar? responde la rumana que parece inspirada. Luego leo en la puerta del lavabo masculino una vulgar pintada sobre las camareras rumanas pero yo no establezco ninguna distinción entre una mujer que se acuesta con uno y otra que se acuesta con cien. Los valores son otros.
Voy por el plato principal cuando empieza a llenarse el amplísimo comedor. Una pareja ya mayor con hijos y las dos abuelas. Qué bonito. A mi lado dos parejas muy correctas que tienen poco que decirse. Desfila ante mí un rumano impresionante seguido de una barbie medio desnuda y una pareja de amigos con niño y abuela pero toman asiento demasiado lejos de mi mesa. Luego, enfrente, se instala un grupito de jóvenes nacionales de extraña estética. Ellos con el cráneo rapado y una cresta central, como el casco de un romano. Ellas, menos originales, parecen incómodas a causa de ellos. En un momento dado una le espeta al de su lado que se vaya a tomar por el culo. Me mira a mí un poco avergonzada por lo que acaba de soltar pero su expresión me inspira a dirigir la mirada a otro de sus compañeros. Le sienta fenomenal el casco de romano, los antebrazos desnudos, los jeans apretados.
Se avecina una semana tremenda, a más trabajo más me bloqueo. El problema es que la improvisación -tan habitual en nosotros, los españoles- me supera. Tranquilo, me dejo llevar, la acción me liberará. Además la vida es bella si no se desfallece.
23 Comments:
¡ qué fauna...¡ parece la descripción de un paseo por el zoo...
saludos, caballero.
Alucinante descripción Castor.
Me encantan estos escritos tuyos, me divierten en demasía.
La de la camarera Rumana es inolvidable! jajaj
Un saludo, descriptor.
La fauna humana , decía un profesor que tuve en mi adolescencia.
LA vida es bella si no se desfallece, genial Castor!
La vida, sino bella al menos es sorprendente, que ya es mucho decir.
Un saludo.
Vaya, creo que terminare decantandome por Castellon! Ya lo dice Luis Aguile.
Carlos, pero en esos jóvenes con pecular estética hay como una osadía, un desafío... y eso me gusta. Los admiro porque yo de joven no me atreví, sucumbí a la mirada ajena, no fui capaz de ser yo mismo. No iba a dejarme una cresta pero a veces alguna gorra, algo un poco original. No, no me atrevía y por eso ahora los admiro. Saludos.
Juampa, una pena que no hubiese estado nuestro amigo Carlos. Se hubiese llevado rápido a la camarera rumana a las habitaciones de arriba. ¿Te imaginas yo comiendo el plato de macarrones mientras se oía en todo el comedor el ruido de la cama y los gritos de esa mujer devorándolo? A los romanos se les hubiese erizado la cresta.......
Xris, la verdad es que la frase no venía mucho a cuento, además no es mía, la copié de algún escritor. Pero me gusta y celebro que te guste, es muy cierta. Claro que por una semana con mucho trabajo no me va a pasar nada...
Capitán, creo que lo interesante de la frase es su positividad, invita a luchar. Si la tomamos al pie de la letra es muy subjetiva como bien has observado.
Alfred, pues no vas a poder alegrar mucho la vista por aquí... pero si estuviste en China también podrías soportar todo esto.
Castor:
Teniendo en cuenta de que fuera de casa nunca como pasta, dado que tanto mi familia como yo la cocinamos muy bien, no sería mala alternativa lo de la rumana....
Eso sí, le pediría que no gritara tanto; me da un poco de pudor que los demás se enteren de mis maniobras...
Un saludo, caballero
o tus dotes...
¡Magnífico! De nuevo puedo pintar imágenes a través de tus palabras. Veo a la joven rumana, los ancianos, los muchachos 'punk'; es como visualizar los disímiles pasajeros de un tren europeo, no puedo evitarlo. Tienes que disculpar mi volátil imaginación, como siempre. Gracias.
Juan Pablo:
Mis dotes o mis medidas ?
YO SOY CHILENA!!!
CARIÑOS
MAR
Querido Castor, es increible como mantenes la calma ante la semana que te espera. Ya la pasé la semana pasada. Y ya de saber que iba a pasar mi finde preparando expedientes para presentar el lunes... me sentia en crisis.
Bien por vos, que le ves el lado bueno a todo esto.
Yo se que no te gusta jugar... pero yo me arriesgo y te elegi para un juego conmigo. Si aceptas... pasa por mi blog y para enterarte de que se trata.
Besos
Laura
Luisgui, no debes disculparte, tener imaginación es algo positivo.
Marcela, OK eres chilena.
Laura, la semana dura ha ido bien a pesar de que he tenido que tratar con italianos que han estado a punto de sacarme de mis casillas.
Lo del juego no encaja en mi blog pero está bien y tú lo hicieste con admirable sinceridad.
Saludos a todos.
Castor:
Para cuándo nos va a dar otro paseo por Centroeuropa ?
Saludos, caballero.
Caballero, para mí hay dos Centroeuropa. La que yo viví y recuerdo con pasión ya no existe. La actual es menos interesante aunque por supuesto tiene relación con la que fue y ya no es. Creo que haré una escapada en otoño.
En diez días regreso a Egipto. O sea que empiezo a tener la cabeza en otro sitio.
Agradezco su interés, caballero.
Castor:
Que usted lo pase bien...yo, me consolaré releyendo anteriores entregas.
Buen viaje y feliz estancia, caballero.
La mirada sobre la vida, posándola sobre lo cotidiano, lo vanal, para cubrirlo con la pátina sagrada que lo convertirá en especial, una vez plasmado en el texto, transformado por el pulso del narrador, es ahí donde radica la belleza, la trascendencia que lo trae ante nuestros ojos.
Un abrazo.
Un viajecito eh!...
Castor, me ha encantado tu mirada hacia lo cotidiano. Hace muy poquito estuve en Castellón y también me llamó la atención la cantidad de población rumana que habita allí.
Espero ansiosamente tus crónicas sobre Egipto.
Besos!
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