Saturday, April 14, 2007

Genio y figura


"Tenía demasiados desquites que tomarse y demasiadas heridas que curarse para ponerse en el lugar de otro. Se sacrificaba en los actos, pero sus emociones no la sacaban de sí misma" (SIMONE DE BEAUVOIR)

Apareció en la habitación de mamá con el rostro ensangrentado. Se había caído de bruces, inconsciente, pero se recuperó y pudo deslizarse a la habitación contigua. Ella misma dio indicaciones a mamá, asustada y anestesiada por la dosis habitual de somníferos, sobre el número de teléfono de urgencias al que debía llamar.

Una embolia pulmonar. Tía Leo yace desde hace un par de semanas en la habitación del hospital con respiración asistida, la nariz morada, el labio suturado. "Parece recuperarse pero ha sido algo serio. No olvides que tiene ochenta y cuatro años" me dice al teléfono una de mis hermanas. No aparenta su edad, me digo. El rostro sin apenas arrugas, la cabellera de rubio teñido recogida por atrás, llena de vitalidad y de interés por todo. Eso sí, tras la operación de cadera que la condenó a una precaria movilidad, le había quedado el cuerpo como acartonado, con movimientos mecánicos dificultados por el sobrepeso. Tendrá mal aspecto, alguien le ha preguntado si mamá -su hermana menor- era su hija.

Nadie en el seno familiar ha puesto de relieve tan marcadamente las contradicciones de la propia personalidad como tía Leo. Admirables su autenticidad, su gusto por la verdad, genuina su capacidad de compasión y, en apariencia, ausentes los sentimientos de envidia hacia los logros ajenos. Su carácter orgulloso y apasionado le permitió hacerse a sí misma y se esforzó siempre por superar sus carencias culturales. Pero demasiado precaria la base como para emplearse a menudo con tanta contundencia en sus opiniones sobre cualquier asunto y, más aun, para reprender a los demás en accesos de cólera tan breves como inútiles, no exentos de aspavientos despreciativos.

Predispuesta por carácter a metas socialmente destacables, el escaso bagaje cultural recibido en los difíciles tiempos de su infancia resultó un hándicap insalvable que la limitó siempre e hirió su orgullo. Quizá en parte esto explique esos habituales estallidos de cólera: en rebeldía contra su propia ignorancia difícilmente iba a tolerar la ajena o lo que ella entendía como tal.

Trabajó en varios países durante mucho tiempo y eso influyó en sus gustos, diferenciados de los de las españolas de su época. En vísperas de Navidad esperábamos su visita, mi primo y yo sus regalos. Era un niño y la temía. Un día paseando por el parque de mi ciudad me contó, señalando un hierro afilado que surgía en lo alto de un edificio, que allí mataban a los niños que se portaban mal. Acostumbrado a que las mujeres de la familia me contasen la verdad, me creí por un tiempo la historia brutal que se le había ocurrido. Y sufrí por ello.

Poco antes de su jubilación regresó del exterior para instalarse en casa de su madre, nuestra abuela. La quería y la cuidó pero también, por supuesto sin pretenderlo, ensombreció sus últimos años de vida. Hará un par de años se vio obligada a abandonar la casa de alquiler y de las opciones que le ofrecieron los nuevos dueños, como era de temer, optó por la peor. Mamá no pudo negarse a aceptarla en su apartamento, a desgana por la incompatibilidad manifiesta de caracteres entre ambas. Advertimos a tía Leo, temíamos por mamá dado su precario estado psicológico. Habiendo tenido que renunciar a los viajes, paseos y escapadas a la ópera debido a sus problemas de movilidad, la tía ha permanecido atrincherada en su habitación entretenida con la máquina de coser, su imponente discoteca y las películas y óperas televisadas. Mamá ha huído a diario. A duras penas se han ido soportando.

La familia se turna ordenadamente, día y noche, en su habitación de hospital. Pero ella siempre ha sentido una exagerada devoción por los médicos, un síntoma más de sus malogradas pretensiones burguesas. Me comentan que sólo cuando acude nuestro primo o nuestro amigo P., ambos médicos, es cuando ella se siente realmente a gusto, justamente valorada.

Uno envejece tal como ha vivido. Es triste la vejez y la enfermedad una violencia indebida.

25 Comments:

Blogger Carlos Paredes Leví said...

¡ Magnífico relato, sr. Castor !!.
Usted crece día a día como fabricante de historias....¡¡
La verdad es que una de las cosas más dolorosas de la vida, es el desequilibrio entre lo anhelado y lo conseguido. Esta brecha, se llena de amargura y por algún lado debe salir...en el caracter, supongo.
Un saludo y mis felicitaciones.
Valió la pena la espera..

12:07 am  
Blogger El Castor said...

Oh, pero no he fabricado ninguna historia, es todo real, mi tía está ahora mismo en el hospital. Es así como lo cuento.
Pero celebro que le guste porque no resulta fácil resumir en unos pocos párrafos, es tan fácil incluir alguna banalidad en detrimento de algo sustancial...
Y muy precisa su observación sobre ese desequilibrio entre lo anhelado y lo conseguido, lo esencial del relato.
Saludos, caballero.

1:03 pm  
Blogger Carlos Paredes Leví said...

No me refería a que inventara una historia sino a que me gustó cómo ficcionó una realidad...
Un post muy interesante. Sus últimas entregas me gustan más que las anteriores.
Un saludo.

1:18 pm  
Blogger El Castor said...

Oooh, ha dicho que ficciono la realidad... Yo que tengo un cierto desprecio hacia la ficción... le concedo un texto de ficción, sólo uno porque me resulta muy incómodo, y ahora le parece que todo lo que escribo es ficción... Qué manera de agradecérmelo!!
jaja
Además dice que las últimas entregas le gustan más que las anteriores... En realidad lo que de verdad necesitaba escribir lo hice en la primera mitad del blog luego seguí por inercia, o sea desde hace algunos meses mis posts me parecen hasta suplérfluos...
Saludos, caballero ficticio.

4:12 pm  
Blogger Carlos Paredes Leví said...

Me temo que me estoy expresando con torpeza....
Quería decir que me gusta cómo, de un hecho real, usted nos narra una historia.
A mí, personalmente y dado que no hace mucho que le conozco, me gustan más sus últimos post....Por alguna razón, me llegan más.
Un saludo, caballero y continúe escribiendo; ficción o realidad, lo que usted desee, porque el gusto, es nuestro.

4:45 pm  
Blogger Lebeche said...

Yo tengo una teoría empírica del todo. La rotura de cadera es un punto de inflexión en los ancianos. A partir de ese momento se inicia siempre un inevitable declive. Siento lo de su tía. Me parece de una elegancia soberbia el conportamiento de todos ustedes, su familia. Un saludo

8:19 pm  
Blogger El Castor said...

Lea algo de los primeros posts del blog, Carlos. Siguen siendo actuales y no tuvieron lectores de su nivel en aquel momento. Y dígame si alguno le gustó... jeje
Saludos, caballero.

8:37 pm  
Blogger El Castor said...

Lebeche, aun siendo profano en la materia yo tengo esa misma impresión. Un texto que me impactó mucho es el de Beauvoir sobre el final de su madre y todo empezó con una rotura del cuello del fémur.
Diría que la familia cumple con un deber moral. Yo espero ponerme en breve a la altura de los demás, sé que los 200 km que me separan de todos no son excusa.
Saludos cordiales.

8:47 pm  
Blogger X'stian said...

No hay nada mas bello que lo que nunca he tenido...Nada mas amado que lo que perdí.

Su texto llega como la sal en una herida, amigo Castor.

Saludos desde Calcugasuta.

12:24 pm  
Anonymous Anonymous said...

Castor, tu relato me ha hecho mucho ruido.
Lo inexorable debiera ser previsible, pero generalmente uno nunca se habitúa a la idea de afrotar enfermedades y/o vejez de los seres queridos.
Es un punto escabroso que, en general, prefiero evitar. Salvo, claro, que se trate de una de tus ejemplares entradas.
Disculpáme que te tutee (no como esos insurrectos) pero este post me ha rozado "familiarmente".
A propósito de escribir boludeces, te dejé un recado cojonudo en mi casa.
Un saludo, che.

6:35 pm  
Blogger El Castor said...

Xris, te agradezco la referencia a Serrat, me traslada a mi infancia.
Lo de Calcugasuta ya es más complicado de entender.
Saludos, rosarino. Por cierto ¿es lindo Rosario?.

9:49 pm  
Blogger El Castor said...

Juampa, el recado ya lo conozco, te leo a diario en tu blog y en el del caballero.
Con el caballero nos llamamos de usted como hacían Sartre y Beauvoir. Muy usual antes en Francia. El es Sartre, claro, que también era mujeriego.
Saludos cordiales.

9:54 pm  
Blogger X'stian said...

ingrese en wikipedia y busque rosarigasino, amigo Castor. Todas sus dudas serán aclaradas.

Rosario es una ciudad muy bonita, no tiene ese ritmo álgido de la gran urbe que es Buenos Aires. Disfruta aún de su alma de pueblo y se viste de ciudad para el turismo.
Lo malo, los mosquitos.

12:35 pm  
Anonymous Anonymous said...

No habrás querido decir Sastre?

2:18 pm  
Blogger Alfredo said...

Nada hay más deprimente que observar la decrepitud de personas que tuvieron un fuerte carácter.
Aunque, como dices en el título, "genio y figura hasta la sepultura"...

4:03 pm  
Blogger El Castor said...

Xris, yo tb tengo alergia por las grandes ciudades: tráfico infernal, falta de aparcamientos, demasiado cemento, aire contaminado, naturaleza ausente... Aunque echo de menos los escaparates y los restaurantes exóticos...
Saludos.

6:40 pm  
Blogger El Castor said...

Juampa, me refiero a Jean-Paul Sartre.

Alfredo, más o menos. Tienes que sacarle más tiempo al tiempo para dar un cierto brío a tu vida de bloguero.

Saludos.

6:44 pm  
Blogger pietrapómez said...

Es muy trsite ver el momento de declive de una persona que, como tu tía, se ve que estuvo llena de enrgía. La suficiente como para hacer la maleta y emigrar a otro país del que, probablemente (y aquí me arriesgo porque lo desconozco) no conociera el idioma. Mi madre era de ese tipo de personas: llena de vitalidad y sin miedo a lo desconocido, aunque no nos contaba historias para meter miedo!

7:22 pm  
Blogger El Castor said...

Gracias, Pietra.
Tuvo valor sí porque marchó sola y en efecto sin conocer idiomas. Tú mamá tb sería admirable en este sentido.
Es probable que supere la enfermedad aunque no sabemos qué secuelas le quedarán. Ojalá pueda valerse por sí misma de lo contrario no sé qué va a ocurrir, sus dos hermanas no están en condiciones de cuidarla.
Saludos.

11:02 pm  
Blogger Carlos Paredes Leví said...

Los únicos ocasos que seducen son los de las estrellas del cine o de los grandes literatos.
Un saludo, caballero.

11:19 pm  
Blogger Laura said...

Castor, como estás? Lei con mucha atención tu relato. Mental y paralelamente... hacia comparaciones con mi abuela (perdoname el atrevimiento). Sabés que?? Mi abuela tiene 95 años pero le dan 80. Hace unos meses atrás en una caída similar también se le quebró la cadera, le pusieron una prótesis o algo así, y por suerte gracias a Dios, sus achaques son mínimos. Cuando mi madre se suicidó un par de años atrás, tanto mis tíos como mis hermanos pensábamos, teníamos la seguridad que no sobreviviría. Agradezco mi nula percepción para dar pronósticos.
Está pendiente de nosotros tres (mis hnos y yo) y de sus 12 nietos y 6 bisnietos.
Yo creo, a mi modo de ver las cosas, que la vejez no sucede desde lo exterior... sino que viene llegando desde lo interior.
Agradezco mucho tus visitas por mis espacios, el ánimo y tus palabras. Me hace bien leerte.
Cariños, Castor.
Laura

2:38 am  
Blogger El Castor said...

Simplemente los personajes públicos tienen repercusión mediática o la tuvieron pero no creo que pueda llegarse a más conclusiones.
Saludos, caballero.

8:13 pm  
Blogger El Castor said...

Laura, hay un pequeño libro que se lee en apenas unas horas que ha ayudado a muchas personas en la superación de un duelo. Se llama "Una muerte muy dulce", es de Simone de Beauvoir y en él contó los últimos días de su madre. Es una reflexión rigurosa y a la vez emotiva sobre la enfermedad y la muerte, muy apartada de las fantasías religiosas.
Es de lectura imprescindible y está muy por encima de lo que yo pueda decir, al fin y al cabo yo sólo me inspiro en su autora.
Besos.

8:22 pm  
Blogger ojos said...

...sencillamente sublime!!!...clap clap

k bellleza de texto se agradece siempre se agradece lo bello el arte tu entiendes.

saludisismos de siempre.

echale un vistazo a esto

www.miteratura.blogspot.com

7:11 pm  
Blogger El Castor said...

Ojos, exageras pero tus comentarios se agradecen siempre.
Besos.

7:23 pm  

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