Deseo de Estambul
En noviembre se cumplirán veinte años de mi viaje a Turquía. Era una buena época en lo personal porque disponía al fin de un trabajo estable que me satisfacía. Ya conocía bastante bien mi propio país y una parte considerable de una Europa aún dividida. En verano habia cruzado el Telón de Acero, algo muy esperado que me había impactado vivamente. Digería Auschwitz, Berlín, Cracovia y Praga cuando, en otoño, se presentó la ocasión de descubrir otro mundo distinto y fascinante.
La memoria se va diluyendo. Son escasos los recuerdos de Ankara, una ciudad de funcionarios. Las chicas del grupo, desde el vetusto autocar, saludaban con desparpajo a un grupo de soldados que ensayaba un desfile. Miraban, perdían el paso, la formación degeneró en cuestión de segundos en un divertido caos. Aunque la figura de Atatürk me resultaba favorable, su nombre era constantemente repetido por los guías y su mausoleo me pareció también un lugar excesivo. Escasean en mi memoria las imágenes del llamado paisaje lunar de la Capadocia. Creo que llegamos cansados por el trayecto largo y monótono, además las bellezas naturales me conmueven menos que aquellas obra de la mano del hombre. Estaríamos poco en Esmirna, recuerdo vagamente una hermosa bahía, un gran puerto y gente muy amable. Finalmente, claro, estuvimos en Estambul.
¡Oh, Estambul, nos ofrecía tanto para tan pocos días!. Esa fascinante mezcla de Oriente y Occidente... decía a mi regreso a quien se interesaba por mi viaje. Su emplazamiento de excepcional belleza entre mares, los omnipresentes vendedores callejeros, el suntuoso palacio de Töpkapi, la impresionante basílica y mezquita, el muy evocador Gran Bazar... Nos parecía imposible cenar por poco dinero en el mítico hotel Pera Palas (en la foto, el comedor), si no recuerdo mal nos limitamos a un plato de spaghetti. Qué pena, con el apetito que teníamos, porque la cuenta tal como nos habían dicho resultó más que aceptable. Era el hotel en el que se había alojado Agatha Christie durante sus estancias en la ciudad. Entre muchos otros personajes, claro.
Deseo volver a Estambul. Encontraré una ciudad más moderna, lo sé, más occidental. Recordaré la anécdota que me contó Antonio, mi amigo de Hawaii, sobre lo que le ocurrió en el cuarto de los útiles de limpieza de Santa Sofía, a oscuras. Sus gemidos eran de dolor. Se había clavado algo metálico en un pie. El limpiador seguía,
pensaba que los gemidos eran de placer. ¿Acaso no resulta una audacia encantadora atender esa urgencia del deseo en esa grandiosa basílica, madre de todas las catedrales?
17 Comments:
Sus textos, Castor, son siempre magníficos en grado superlativo. Lástima que se hagan desear tanto......
Parte de mis antepasados corrieron, tras la expulsión de Sefarad, para aquellas regiones. Mi hermano estuvo en Estambul hará más de 15 años. Yo, aún no pasé por allí y dejo esa cuenta pendiente, en la misma boleta que Praga o Budapest.
Un saludo, Caballero, y no imagina la envidia que me provoca su talento ante el teclado.
España perdió mucho con la expulsión de los judíos. Ha tardado 500 años en levantar cabeza.
Me ha encantado la intensidad de tus letras, tienen color ..ganas de recuerdos
Le agradezco su opinión...
Por otro lado, quería decirle que el otro día, en mi post que muchos tomaron por autobiográfico, usted acertó. Como siempre.
Un saludo, Caballero.
Despertar: te agradezco. Me pasé por tu blog y espero volver a hacerlo con más tiempo.
Saludos.
Carlos: claro, yo no caigo en sus trampas...... jeje
Saludos.
Eso me recuerda cuando le llamaba, con justicia, "El sagaz Castor"
Un saludo, Caballero.
PD: Míre que les digo a los que me leen que todo es ficción pero....no hay manera de que les entre en la cabeza.
Te devuelvo la visita esta vez con galletitas de chocolate para los otros y para vos....vino.
Debo decírtelo: al principio, apenas observar la fotografía, vino a mi mente el inicio de "Asesinato en el Orient Express". No supe porqué; sólo aparecieron y ya. Tras leerte, con tanto gusto como siempre, comprendí la razón. Más allá de tus palabras (nunca me cansaré de alabar tus descripciones), encontré la fotografía muy acorde con el texto; tan evocativa. Gracias por regalarnos un pedazo de esa magia.
Las galletitas para Luisgui, el Caballero y yo compartiremos la botella de vino......
Saludos a los tres.
Es posible que resulte tentador (no a mí), pero me pregunto si ¿también lo harías en una Sinagoga?
Saludos Castor
Juampa, yo no hice nada, yo no estaba. Creo que esta basílica se utiliza desde hace tiempo como museo y en todo caso hablamos de la habitación de los útiles de limpieza.
No consigo postear en tu casa ¿qué ocurre?
Saludos.
Mi blog tiene un filtro antiherejes. jajaj.
Probá poniendo cualquier dirección de e-mail, por ejemplo tengounapinga@gigante.com
Un abrazo.
Ps, cuidado con lo que vas a decir eh!!
Creo que me temes un poco.......
Te respeto, Castor, que no es lo mismo, pero es parecido.
EN UAN MAÑANADE BUENOS AIRES FRÍA YLLUVIOSA, ME ENCONTRÉ CON SU BLOG.
POR ELLO LEÍ LAS NOTAS.
CUÁNTO DOLOR A TODOS AQUELLOS QUE HAN SUFRIDO TALES!
AÚN NO O COMPRENDO.
SIEMPRE ESTOY AVALANDO AL APZ, LA IGUALDAD, Y A PESAR DEMI LABOR VEO QUE EL HOMBRE O ALGUNOS HOMBRES PARA SER PRECISA NO LO QUIERAN ASÍ.
VA DE SUYO MI RESPETO Y DMIRACIÓN AL VALOR DE TODS ESS GENTES LAS DE LA HISTORIA PASAA, Y PRESENTE.
LE INVITO A VISITAR MIS BLOGS.
WWW.WALKTOHORIZONT.BLOGSPOT.COM
Y VER NOTAS ANTIGUAS,
Y SI GUSTA VER MIS OTROS BLOGS QUE TAMBIEN TIENEN VARIADOS TEMAS .
RECIBA USTED MI PZ MARÍA DEL CRMEN
Que buena está esta nota de viaje!
Tendrías que juntarlas a todas y publicarlas como DIARIO DE VIAJE
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